Crear e introducir diálogos

   ¡Hola, letritas hermosas!

   Casi todos sabemos que los diálogos son importantes en una historia; nos dicen de lo que saben o no saben los personajes, qué planean o qué harán. Nos proporciona una visión de cómo interactúan entre sí, cómo reaccionan o cómo se expresan. Todo desde sus propias voces. Sin embargo, no siempre es fácil introducirlos o mantenerlos (¿nunca han eliminado páginas enteras de diálogos que saben que no sirven o están de más? ¿No? ¿Nadie? Oh...).

   En fin, he podido crear, a través de lo que leo, de mis estudios y de mis pequeñas investigaciones, una pequeña lista de consejos para poder escribir diálogos. Al menos, me han facilitado el trabajo en mis últimas creaciones.


   1. No utilizar el formato de teatro (o ‘script’) a menos que el género de la obra sea este. O sea, si no es una obra teatral, un ‘drama’, no se debe usar este formato para los diálogos. A veces pareciera que decir “Mengana dijo”, “Fulano respondió”, “Zutana preguntó”, “Pedrito dijo” cansara o fuera repetitivo; pero no, no lo es, sólo hay que saberlo llevar y encontrar otras formas para no repetir tanto el infinitivo ‘decir’.

   Ejemplo incorrecto:
   Mengana: Fulano, es un gusto que pudieras llegar a nuestra reunión.
   Fulano: Y no vas a creer lo que tuve que hacer para llegar, ¡fue una odisea!

   Ejemplo correcto:
   —Fulano, es un gusto que pudieras llegar a nuestra reunión —dijo Mengana al ver a su compañero entrar por la puerta.
   —Y no vas a creer lo que tuve que hacer para llegar —suspiró el recién llegado—. ¡Fue una odisea!

   2. Al introducir un diálogo podemos usar frases, variando de vez en cuando, claramente; como por ejemplo: "Y de inmediato Fulano dijo:..." o "Zutana se movió, no sin antes decir:..." o “al momento Mengano contestó”, etcétera. Esto para que no ‘canse’ el estar leyendo las aclaraciones en medio de las oraciones todo el tiempo (las que dije que reemplazan el formato de teatro) o que simple y sencillamente calce con la narrativa o ayude a agilizar la narración.

   Me explico con un ejemplo:
    Mengana decidió hablar en nombre de su hermano: —Ella no tiene derecho, Fulano, y lo sabes.
   —Lo sé a la perfección, no digo lo contrario.
   —¿Entonces a qué te referías con eso? —preguntó Zutano, cruzándose de brazos.
   Fulano guardó silencio unos segundos. Al fin respiró hondo y habló con calma: —Tomará tiempo explicarme, así que tomen asiento.

   3. Este punto tiene relación con los anteriores: Si son sólo dos personas hablando, no es necesario usar tantas especificaciones aparte de sus acciones o algunos cambios de humor, voz o actitudes que no se llegan a expresar por completo en las frases de los personajes. A veces incluso basta con las palabras que pronuncian, porque ellos solos pueden enseñar sus emociones; no es necesario a veces decir que han dicho algo con enojo porque sus palabras y su tono ya lo hacen. Para eso están las exclamaciones y el modo de hablar.

   —Porque puedo decir algo calmadamente hasta que... ¡Oh, rayos! ¿U-una cucaracha?, ¡una cucaracha!

   4. Si el diálogo se extiende mucho, no es excesivamente necesario que se muestre de forma explícito, pueden utilizar el estilo indirecto (cuando el narrador con sus propias palabras reproduce la voz de los personaje) un poco para no cansar o verse tan poco dinámico. Sirve también la elipsis, no todo lo que hagan los personajes debe ser contado, sólo que es relevante para la trama.

   Por ejemplo: Poner: “Zutana y Mengano habían discutido dos horas sobre quién cocinaba mejor. Ninguno cedió y al final terminaron retándose a un concurso de cocina. Así llegaron a la casa de Fulano, para que fuera el juez”. Es mejor que redactar dos páginas (o más) sobre una discusión que no tendría relevancia sino hasta el final o lo que ocurriera después de la misma.

   5. No siempre es necesario que los diálogos sean directos. Muchas veces es innecesario que se vea “explícitamente” que ellos están interactuando; también pueden usar el estilo indirecto o simples acciones. Pueden mostrar muchísimo con acciones y narraciones, no sólo con diálogos. Así que no se preocupen si a veces no les salen muchos diálogos porque les parece que no son necesarios; siempre deben estar por ser necesarios, no por adorno.

   Por ejemplo, pueden decir que "después de que Fulano y Mengana conversaron se dieron cuenta de que no tenían tantas diferencias como lo pensaron y decidieron fijar fechas para salir con sus amigos en grupo. Prometieron tener más paciencia uno con el otro". Ya las escenas nos dirán si este par cumple o no con lo que agendaron y prometieron.

   6. No se olviden del escenario y los sentimientos. Una escena correcta no se olvida del espacio físico. ¿Dónde están hablando los personajes? ¿Se mueven en el lugar, están quietos, con qué interactúan? No tiene que ser todo el tiempo diciendo qué los rodea, pero la mezcla del diálogo, los pensamientos y las acciones con el entorno no sólo enriquecen el texto, sino que vuelven fluidas las cosas y aporta sensaciones.

   No es lo mismo decir “Zutana caminó ensimismada durante dos horas por la calle y sólo pensaba en su discusión con Menganito, cuando se dio cuenta llegó al departamental”, que esto “Zutana caminó ensimismada por las largas calles de ladrillo. Pensaba solamente en su discusión anterior con Menganito y le dolía en el pecho las frías palabras que él le había dicho. Ni los tibios rayos del sol o las risas y bromas de los niños jugando en las aceras conseguían aliviar su congoja. Cuando se dio cuenta habían transcurrido dos horas y se encontraba frente al departamental”.

   7. Los siguientes consejos son más generales y técnicos:

   7.2. Si al utilizar la raya (—), lo cual no debe omitirse al principio del discurso del personaje, e inmediatamente sigue un signo de admiración o exclamación, este no se separa. Si el programa que están usando lo quiere separar o nos lo subraya alegando que está mal no le hagan caso (Word suele hacerlo). En serio, no debe haber espacio entre estos signos y la raya (por no olvidar mencionar que siempre, siempre, siempre se le tienen que poner los signos de apertura):

   — ¿Así? No.
   —Así? Tampoco.
   —¿Así? Sí.

   Si no saben cómo colocar la raya, en esta entrada pueden ver varias formas de ponerla tanto en computadora como en celular (incluye también las comillas).

   7.3. Cuando hay una acotación, pero esta no tiene relación directa respecto a la verbalización (o sea, no especifica cosas como "dijo, preguntó, exclamó, repitió...") entonces va un punto porque sería otra oración. Me explico con un ejemplo:

   —¡Hola, chicas! Qué gusto verlas. —Zutana besó a las otras dos mujeres con efusividad—. ¿Ya están listas para irnos?
   —Claro, de paso nos puede contar quién era el lindo hombre de traje —murmuró Mengana con una risilla maliciosa.

   7.4. Cuando hay signos de exclamación o interrogación en el texto y lo siguiente no va precedido por un punto (puede ser coma (,) o punto y coma (;)) no se utiliza mayúscula en la pregunta o exclamación ya que sigue siendo parte de la oración.

   Ejemplo incorrecto:
   “Ella sabía que sucedería tal calamidad, ¡Lo sabía como un demonio y aún así no hizo nada!”.

   Ejemplo correcto:
   “Ella sabía que sucedería tal calamidad, ¡lo sabía como un demonio y aún así no hizo nada!”.

   7.5. Después de los signos de exclamación (¡!) o interrogación (¿?) se escribe en mayúscula, a menos que lleve otro signo como la coma (,).

   Ejemplo:
   “Entonces decidieron ir en busca de la famosa hechicera, ¡¿y cómo no hacerlo?! Esa mujer tenía todas las respuestas que Fulana y sus amigos estaban buscando. ¿O quizá no?, pero bueno, incluso podía unirse a su grupo. ¡Unirse! Sí, realmente era una excelente idea”.

   7.6. Después de un signo de exclamación (¡!) o interrogación (¿?) nunca se coloca el punto, esos signos ya los traen.

   Ejemplo incorrecto:
   “¿Acaso se había atrevido a decirle eso en cara?, ¿estaba loco?. ¡Por todos los santos!. De verdad que Angélica quería morir. ¡Nadie le habla así al presidente!.”.

   Ejemplo correcto:
   “¿Acaso se había atrevido a decirle eso en cara?, ¿estaba loco? ¡Por todos los santos!, de verdad que Angélica quería morir. ¡Nadie le habla así al presidente!”.

   7.7. Después de los tres puntos (…) pueden ir otros signos como los dos puntos (:), la coma (,) o el punto y coma (;), pero nunca el punto (.).

   “—Sí —respondió Zutano—. Lo dijo…, no con esas palabras, pero lo dijo”.

   7.8. Cuando se usan comillas va punto después del cierre y no antes. Puede ir coma (,) o punto y coma (;) después de la comillas de cierre. Esto se aplica incluso si las comillas dentro del texto, sin importar el tipo de comillas (“”) o («») y también si los diálogos no usan la raya sino las comillas.

   Ejemplo incorrecto:
   “Te dejé la comida en el microondas. Espero que hayás comido.”
   Después de un breve silencio Fulana recibió un “no.” como respuesta.

   Ejemplo correcto:
   “Te dejé la comida en el microondas. Espero que hayás comido”.
   Después de un breve silencio Fulana recibió un “no” como respuesta.

    Parece que he llegado al final de los consejos de hoy, no duden en aportar o preguntar en la sección de comentarios, me encantaría conocer sus opiniones y experiencias. Cualquier duda o sugerencia es bienvenida.

   Atentamente, una beta de por ahí, ¡chao!
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Comentarios

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  2. Recorde a mi ex profesora "la terrible" de literatura. Siempre golpeaba los dedos y regañaba, con su regla de madera, a quien no pusiera un punto o una coma, luego de los signos de exclamacion e interrogacion.
    Me encanto su publicacion joven. Saludos.

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    1. Nunca faltan profesores "terribles" en la vida jaja. Las reglas de puntuación sin duda causan debates o regaños, aunque a veces exagerados. ¡Reglas de madera!, eso da miedo.
      Me alegra mucho que le guste la publicación. Saludos :)

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