Cantidad de páginas por capítulo

   ¡Hola, letritas hermosas!

   Les contaré algo: Yo muchas veces me pregunté, y aún me pregunto de vez en cuando, cuántas páginas debería tener mi texto o las partes del mismo. Si están aquí es porque seguro les ha pasado o les está pasando…, o sólo les da curiosidad lo que yo tenga para decir, ¿qué sé yo? Pero, bueno, iré al punto del tema que nos concierne hoy.

Un cuaderno escrito y la mano de una chica que está con su pluma escribiendo.

    Cuando un texto se divide por partes (capítulos, secciones...) pueden traer la interrogante: ¿cuántas palabras deben tener?, o ¿cuántas páginas deben conformarlo? La respuesta, créanlo o no, sólo la pueden tener ustedes. Sí, un clásico “depende de vos”. El motivo principal es que no hay un estándar regulado para ello y la variedad en la producción literaria es suficiente como para que cada género, subgénero y textos dentro de estos posean muchísima libertad. Me explico con un par de ejemplos sin spoilers:

   El cuento “Viaje a la semilla”, de Alejo Carpentier, tiene trece partes o capítulos y aproximadamente quince páginas de extensión (en la versión que yo tengo cada capítulo inicia en una página diferente). Entenderán que los capítulos son cortos y que resulta poco común que un cuento posea dicha distribución. Para efectos del cuento, realismo mágico, resultó un gran método la división capitular: se trata del retroceso en la vida de un hombre viejo y cada vez que avanza es un capítulo nuevo.

   La novela “Ana vestida en sangre”, de Kendare Blake, cuenta con doscientas sesenta y siete páginas y veintitrés capítulos. Nos da como promedio unas once páginas por capítulo; pero, como dije, es “promedio”, así que tenemos en esta obra capítulos de seis y doce páginas. ¿Esto afectó la trama sobrenatural-romántica del libro? No, porque cada capítulo trata un asunto o pequeño clímax, un escalón en la historia.

   En algunos foros con similares consultas he leído recomendaciones variadas sobre la cantidad de páginas por capítulo en una novela. Sitúan el rango entre quince y veintitantas; sin embargo, ¿qué tan factible o cómodo puede ser para nuestra obra? Como antes dije, eso depende mucho del texto. No es lo mismo una novela corta (cien, ciento cincuenta o doscientas páginas) que una larga (trescientas páginas para arriba).

   Si le ponemos veinte páginas por capítulo a una novela de cien, nos quedarán tan sólo cinco capítulos, ¿será conveniente para la trama?, ¿no quedaría mejor con ocho o diez capítulos? Puede que sí y puede que no, porque bien puede ser una trama simple o una más compleja; puede incluso, ser una historia grande compuesta por otras más pequeñas. Por ejemplo, tengo una historia donde los personajes avanzan integrándose al mundo en el que están inmersos y enfrentando diferentes enemigos. Sólo tiene ciento veinte páginas, pero posee quince capítulos, un prefacio y un epílogo: promedio de ocho páginas e igual se cierra la historia sin baches.

   Eso por un lado; y por otro, ¿qué hay de novelas cortas con capítulos de tres o cinco páginas? Esto lo respondo, de nuevo, con mi experiencia: sí se puede. He leído y tengo fanfics, e historias originales, elaborados cuyos temas a tratar por capítulo no requieren de mucha extensión. La obra se desarrolla con fluidez, es concreta, se dice lo que se tiene que decir y concluye de forma eficiente. Lo mismo si son cuentos largos. He analizado la misma situación en una gran variedad de textos y recomendaciones profesionales; muchos de mis alfas y compañeras betas han escrito y revisado trabajos de similar extensión.

   Recuerden que una historia larga no es lo mismo que una historia alargada. La primera es la clase de historias que no podemos quitarle elementos porque quedaría truncada, y la segunda es una historia corta o mediana a la que se le metieron elementos innecesarios o poco útiles sólo para alargar más el asunto. Puro relleno y no necesariamente del bueno. El contenido y ritmo de la obra son los que deberían marcar la distribución de esta.

   Hay, de hecho, autores que dividen los capítulos en otras partes. Tienen cerca de veinte páginas con divisiones que se entrelazan muchísimo o que son partes de un mismo todo (como diferentes perspectivas o partes de una escena fragmentada y confusa hasta que se lee en conjunto). Por ejemplo, el libro "Doctor Sueño", de Stephen King, está dividido por partes y estas se dividen por capítulos, que a su vez distingue muy bien las escenas con números: Parte I, capítulo 1, 1 (escena). Eso depende también del estilo y género de la obra.

   Eso sí, hay que mantener equilibrio con todo esto. No podemos permitirnos un capítulo de dos páginas y al siguiente uno de casi veinte*; eso no permitiría un buen clímax ni asentamiento de los sucesos. Los temas a tratar por capítulo (acontecimientos específicos, avances, escenas...) y el desarrollo de la historia deben ser coherentes y a un ritmo que se mantenga dentro de determinado rango.

   *Salve aclarar: Si este cambio de cantidades es regular y tiene propósito de existir (como lo pueden ser el de contar recuerdos, llevar una cronología pasado-presente-futuro o establecimiento de micro-perspectivas), entonces sí, el equilibrio podría conseguirse.

   Bueno, letritas hermosas, hemos llegado hasta el final de los pequeños consejos de hoy. Si les han surgido dudas o desean que amplíe más alguna cosa mencionada no duden en colocarlo en los comentarios o bien enviarme un mensaje. Me encantaría conocer sus opiniones y aportes.

   Atentamente, una beta de por ahí, ¡chao!
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