La abeja reina de instituto y los populares

   ¡Hola, letritas hermosas!

   Las abeja reina, y claramente no me refiero al insecto, son comunes en la literatura juvenil actual (sin importar si se trata de un instituto o una aventura de fantasía). Ellas (y a veces ellos) son tanto amados como odiados, y ahí es donde yo me pregunto ¿cómo carajos alguien es popular y casi idolatrado y al mismo tiempo los protas y los “buenos” los odian y entre ambos bandos se llevan a morir? Me di cuenta de que se trata de un mal enfoque y de que dicho personaje no es absolutamente nada trabajado.

   Esta entrada será un poco fragmentada, pues sólo mencionaré y explicaré un poco los elementos que he decidido describir, pero sé que sacará a la luz los problemas que hacen que estos personajes fallen y no sean más que un calco de otro calco del mismo estereotipo.


   Primeramente, hay cosas que tenemos que recordar, en especial el motivo por el cual alguien es popular y afamado: Los chicos populares del instituto en la vida real no son odiosos, sino no serían populares. Si son odiosos, maleducados y engreídos serán reconocidos, sí, pero por ser considerados un dolor en el trasero y nadie los pondrá en un pedestal por ello. Regina (Mean girls) era popular por su carisma, ella te sonreía de frente y te trataba con dulzura mientras te jodía en secreto y te apuñalaba por la espalda solamente; su maldad estaba solapada.

   Ahora, hay populares de populares. Están los que se apuntan en todo para organizar y participar en actividades, los que hacen deportes y compiten en muchas cosas (el fútbol y el porrismo no son las únicas actividades competitivas a nivel físico; además, pueden competir también en las artes). Hay quienes destacan por su gran intelecto y excelentes calificaciones, y no necesariamente son tímidos, feos y rechazados (de hecho, son muy cotizados para hacer proyectos y dar tutorías).

   No, no todos los populares son expertos en moda ni mucho menos son sólo superficiales y egoístas. El interés en el buen aspecto y el cuidado personal no debería ser reprochable, ¿acaso no nos gusta estar oliendo rico, tener la piel saludable y usar ropa cómoda que nos haga sentir bien con nosotros mismos? Una persona popular puede destacar en belleza (tanto hombres como mujeres y los no binarios), no digo lo contrario, pero ofenderla y menospreciarla sólo por eso nos vuelve tremenda basura de criticones. 

   ¿Qué tiene de malo que la Brittany tenga un cuerpo fitness y su rostro parezca tallado por los mismo ángeles? En añadidura, un hombre puede perfectamente cuidar su aspecto personal sin ser una diva gay; la masculinidad no disminuye sólo porque un hombre gusta de bañarse, perfumarse y andar bien vestido. Que se vistan fabulosos no quiere decir que sean narcisistas y superficiales, por favor, quitémonos esa idea de que los hombres hieden y las mujeres tienen que estar impolutas.

   Otra cosa que tampoco tiene sentido en estos personajes es que, como son una antítesis extremadamente obvia de los protagonistas (buenos, castos, recatados, tímidos y fieles) tienden a engañar a sus parejas o a tener muchas relaciones sexuales porque “oh, miren, es popular, debe tener cientos de acostones. Seguro esta es una puta y el novio un completo mujeriego”.

   Estas personas son tan humanas como los demás personajes y merecen desarrollarse como tal, háganles fichas técnicas (no dejo de insistir en lo prácticas que son), aunque sea para tener un esbozo de lo que suelen hacer, cómo interactúan con los demás y cuál es su relevancia en la historia. ¿Por qué siempre la popular tiene que pelearse con la nerd por un hombre? ¿Qué clase de sinsentido es ese?

   De verdad no lo entiendo, si ella es tan segura de sí misma, ¿por qué habría de sentirse amenazada por alguien más? ¿Por qué se rebajaría a retener como pareja a alguien que claramente no la ama con seguridad? Ya que si su novio de verdad la quisiera, este no dudaría ni se vería en un conflicto con la nerd o con cualquier otra persona; siendo la mujer segura y empoderada que es, lo manda a comer tierra y se consigue a alguien mejor.

   Hablaré ahora acerca de la inteligencia y agilidad mental. Me castra que, una de dos, o la abeja reina es estúpida (porque “rubia es igual a tonta”) o es experta en ardides y tiene una astucia digna para trabajar en servicios de inteligencia, pero ojo, que esa inteligencia es para hacerle la vida imposible a la protagonista. Yo me pregunto, si se supone que es una narcisista ¿por qué gasta su tiempo pensando en alguien más y tratando de hacerle la vida de cuadritos?

   No me lo explico y, en añadidura, ¿por qué tiene que usar su inteligencia para el mal? ¿Por qué se desperdicia de esa manera tan estúpida? Además de que muchas veces los “ingeniosos y pérfidos planes” son bromas de mal gusto con la complejidad de la tabla de multiplicar del uno. Yo recuerdo con cariño a Carmel, de la duología “Ana vestida en sangre”, ella en su colegio era una abeja reina, pero era amable y la querían porque era carismática, bonita y sabía liderar (sí, casi no se ve nada del colegio porque esa novela no trata de la vida estudiantil, pero lo poco que se ve ofrece estos detallitos).

   Asuntos económicos: Tengo una pregunta, ¿por qué siempre los pobres tienen que ser humildes y correctos, y los ricos son egoístas y malintencionados? Es que yo no entiendo el porqué los chicos populares siempre viven en mansiones o palacios y los protas, como son humildes y trabajadores, viven en casitas o departamentos modestos y cálidos y hogareños y bien bonitos a pesar de no tener cosas suntuosas, porque claro, los ricos sólo piensan en la estética de moda y sus salas son pomposas y sin nada que haga ver la mansión como un hogar.

   Yo quiero una nerd ricachona y a una popular de barrio humilde y que a ninguna le dé pena su familia ni su situación económica, ¿acaso el dinero en la cuenta de nuestros padres determina quiénes somos y cómo nos comportamos? (Sé que las sociedades tienen estereotipos, pero nuestros mundos pueden ser un poco diferentes).

   Otra cosa, me van a disculpar, pero una de las chicas más populares que conocí se llama María José. Poco después conocí a dos chicas que son de las más apuntadas para todo y quienes siempre andan organizando actividades y ordenando las labores de grupo y se llaman Hanna y Mariela; ni Brittany ni Danielle ni Tiffany. De hecho, conozco más personas con nombres hispanos que tienen una gran iniciativa y energía para estas actividades, pero no voy a decir sus nombres exactos porque ya sería mucho, qué pena con ellos. Así que mencionaré nombres similares: Mariana, David y Amador, y claro, sus apellidos corresponden con su origen y el de sus padres; así que no se apellidan Smith ni Jones ni Muller, sino que sus padres les heredaron apellidos como García, Rodríguez o alguno que derive de una lengua indígena.

   Sueno hate, lo sé, pero el realismo y la verosimilitud de una historia se caen cuando el país, la nacionalidad, la herencia y el comportamiento de un personaje no calzan entre sí. Yo sé que existe la migración, pero que tenga sentido. ¿Por qué la chica rubia y estadounidense tiene que ser mala y estar en contra de la protagonista latina, morena y “de buen corazón”? Si la nerd transferida viene de otra ciudad ¿por qué parece que conoce muy bien el sistema en el que está y quiere pasar desapercibida (a ver, es nueva y claramente va a llamar la atención, mucho más si es “nerd”) y por qué la de “alta jerarquía” la rechaza y la vuelve su enemiga?

   Es extraño cuando una historia se ubica en los Estados Unidos (o Europa), pero el sistema educativo usado es puramente latino o una mezcla extraña de los sistemas estadounidense y latino (por cuestiones de cultura y de geografía es claro que no serán absolutamente iguales y cuando se mezclan descuidadamente se crean incongruencias). Lo que vuelve el asunto más extraño es cuando los personajes (en su mayoría) tienen nombres y apellidos que van en contra a lo común de dicha zona. Así que en un colegio estadounidense las cosas funcionan con un sistema aparentemente latino, allí hay un grupo de latinos con nombres “raros” y apellidos estadounidenses que rivalizan contra un grupo multicultural de chicas ricachonas, el cual es conformado por una asiática, una morena (negra nunca, esa es la chica alocada y empoderada del grupo de los “buenos”) y la estadounidense, que es claramente la líder... Oh, sí, se ve muy creíble.

   He llegado al final de esta entrada. No desprecio a estos personajes, pero como beta (y estudiante de letras), me estresa que una buena idea se trunque por un mal manejo de un arquetipo de personajes. He dicho todo esto para que revisen sus historias y tengan en cuenta ciertos detalles al formar a sus personajes, para que puedan corregir deficiencias y puedan crear personajes más sólidos y entrañables.

   Una última aclaración: No incluyo aquí a las parodias, por obvias razones. Sin embargo, opino que hasta en personajes para burlarnos de ciertas cosas tienen que tener un poquito de coherencia.

   Eso es todo por el momento, ¿qué recomendaciones darían ustedes para evitar tales fallos o qué otras cosas agregarían que dañan a los personajes populares? Los leo con atención.

   Atentamente, una beta de por ahí, ¡chao!
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