Si el romance no sirve, va a la basura

   ¡Hola, letritas hermosas!

   ¿Alguna vez han leído un libro que les haya prometido acción, misterio, fantasía, ciencia ficción o muerte infernal y terminaron topándose con un romance que ni pidieron ni les advirtieron que tendrían? ¿No? Bueno, a mí sí y me he fastidiado hasta la médula por ello. No estoy diciendo que un romance como subtrama me moleste más que un dolor de útero, pero ¿qué cuesta dejarlo en segundo plano cuando la historia no va de ello? Es más, ¿qué cuesta abstenerse de meterlo como un problema dentro de la historia? En la vida real las parejas no tienen problemas todo el tiempo.

   Sé que estoy sonando muy hater, pero sí es posible que un romance forzado pueda arruinar una buena historia. No importa si se trata de un fanfic o una obra original, a veces los lectores no queremos romance e igual nos ponen hasta en la sopa.


   Tengo una serie de disposiciones para saber si colar el romance en una historia resulta conveniente o no (este sí va en plan crítico):

   Si el romance no le aporta nada a la trama, se va. Lo mismo sería decir que si la trama principal del libro no sufre cambios importantes y relevantes por culpa de la historia amorosa entonces no es necesario que dicha historia amorosa se presente. Las personas en la vida real no giran su mundo alrededor de los ritos de apareamiento humano; podemos lograr muchas cosas sin que nuestra vida amorosa influya, ¿por qué los personajes no podrían? ¿Por qué sería tan necesario que Fulana se enamorara en medio de una crisis nacional o que Mengano se viera forzado a resolver muchos problemas mientras pierde la mitad de la cabeza por un interés romántico? Piensen muy bien qué tanta importancia tendría que un personaje se enamore en una historia donde el tema principal es otro, ¿de verdad le daría un empujón a la historia?

   Del mismo modo, si el romance no ofrece nuevas perspectivas y vivencias, se va. A veces la trama no invita al romance y se complementa con otros factores. Aunque, también es posible que los sucesos hagan que la vida amorosa se vea un poco involucrada. Dado el caso, explorar un poco las relaciones amorosas de los personajes no estaría mal siempre y cuando sea con moderación. Recuerden que hay muchísimos aspectos más en la vida de alguien que los intereses amorosos. Una parejilla por ahí es sano, que el protagonista meta sus narices en dicha relación sólo porque sí, no lo es.

   Este es breve: si el romance logra cambios innecesarios y absurdos, se va. “¿Innecesarios y absurdos? Beta, ¿qué querés decir con eso?” Simple: dramas que nadie pidió. Como dije antes, a veces la historia gira en torno a un misterio, un problema que involucra a muchas personas, una hecatombe o qué sé yo, pero en la premisa jamás se incluyó “romance” en la ecuación y aún así se insertó contra todo pronóstico y contra toda posibilidad.

   Si el romance sólo sirve para “darle una vida amorosa al personaje”, se va. Yo tengo amigos y yo misma prescindo de la vida amorosa cuando estamos concentrados en algo completamente diferente. Sé que estoy repitiendo un poco sobre los puntos anteriores, pero a veces la excusa es “el personaje necesita mostrar todos sus aspectos, incluyendo la vida amorosa”, genial, pero ¿saben una cosa? Ese aspecto se puede resumir también en “a Fulano no le interesa tener pareja”, “Mengana está muy concentrada en resolver los problemas que ya tiene y ni por la mente le pasa tener pareja o prestarle atención a sus pretendientes”.

   Un personaje puede ser redondo y completo sin que en su historia narrada viva dramas amorosos. Y sí, pueden tener la vida amorosa que quieran, pero crear un personaje (pareja) única y exclusivamente para eso o forzar una relación que no hará ningún cambio en la trama o en el personaje es poco conveniente.

   Si hay un triángulo amoroso, se va. Bueno, no tanto así, sólo si el triángulo es por el drama innecesario. De nuevo mi vena hater, odio los triángulos amorosos. Pero hablaré de forma objetiva, en la vida real estos no son tormentas en la vida de las personas ni ocupan todo su tiempo y energía. Además, una persona no tiene que verse en un dilema con dos o más personas para que los lectores sepan que es genial, que es un buen partido, que es muy apuesto físicamente.

   En serio, un personaje no tiene que ser cotizado amorosa ni sexualmente sólo para mostrar lo sexi o genial que es. Es que hay formas de hacer que se luzca o de mostrar su hermosura y buen carisma sin necesidad de que se enamore de dos o más personas y no pueda decidir porque estos son “excelentes” partidos.

   Si hay que forzar a las neuronas para que el romance calce con la trama, se va. Haré una analogía con la arquitectura y la decoración de interiores para explicarme mejor: cuando no se sabe qué hacer con un espacio y no hay forma útil de aprovecharlo es porque dicho espacio no debería existir; si tenemos un objeto que no calza con nada y en ninguna parte y sólo lo queremos por capricho porque ni utilidad tiene es porque dicho objeto no debería estar dentro de nuestras posesiones.

   Lo mismo pasa con el romance, si tenemos que rompernos la cabeza para ponerlo ya que la trama se niega a encajarlo entonces no debería existir. Dejen viudos, solteros o divorciados a sus personajes; o felizmente casados en su defecto, sin dramas innecesarios.

   Si hay una relación prototípica que se niega a ser más que su modelo genérico, se va. Aquí entran los “chico malo con chica buena”, “chica 'diferente' y chico popular” y todos sus derivados y parecidos. No está mal que se use un recurso común de historia, lo malo es cuando no hay más que eso. No hay matices en los personajes, sólo son lo que se planearon ser y sólo hacen lo que se les indica. La “abeja reina”, “el chico popular puro músculo sin cerebro”, “el negro simpático”, “la profesora estricta e inhumanamente irracional”... Si la historia es pobre y los personajes se quedan unidimensionales la cosa va mal. Pónganle defectos reales y metas a sus personajes, no importa si es un fanfic, se puede jugar un poco con ello y darles más carácter para su linda historia de amor.

   Si hay “No eres como las otras chicas” y derivados, se va. Definitivamente se tiene que ir esta frase si no es por sátira o denuncia social. ¿Qué tienen “las demás chicas”? ¿Sólo porque no es popular es especial? En serio, es pretencioso pensar en que todas las mujeres compiten entre sí por un macho alfa (la competición humana por una pareja es distinta, no esa caricatura repetitiva de ahora).

   Las personas (porque aquí van metidos los chicos también) no tienen su autoestima por culpa de su pareja que les dice que “no son como los demás”; tendría que llevar terapia si tiene un problema semejante porque no es sano. Aquí entra también la falta de confianza y la percepción del cuerpo que tienen los personajes, ¿en serio tan mal están para que al espejo se vean casi como monstruos? No es sano que se vean así y menos que cambien sólo porque la persona que les gusta les dijeron que son hermosos.

   Por favor, no romanticemos la dependencia y las relaciones tóxicas y mucho menos caigamos en el tildar de inferiores a las demás pretendientes (o a veces sólo mujeres y hombres que están ahí sin hacer nada malo).

   El pero aquí es que el amor erótico es natural y realista. Quizá sea contradictorio tras todo lo que he venido diciendo, sin embargo, tengo que decirlo: las parejas son parte de nuestras vidas y los personajes pueden estar rodeados de dichas relaciones. Atrévanse a poner amistades, aliados o enemigos que sean parejas saludables y felices, quizá con un altibajo, pero que no ralentice la trama ni que le quite el foco de atención al problema principal de la historia. Es verosímil que cualquiera conozca a un par de enamorados, lo que no, es que estemos metiendo nuestras narices en su relación y que lo convirtamos en nuestro principal interés.

   Que quede claro, no tengo nada en contra de las historias de romance, incluso varios de mis libros favoritos lo tienen como tema central. Lo que me saca de mis casillas de lectora y de beta es que estén mal hechos o sean forzados. Las personas no se definen por su sexualidad y relaciones amorosas. Las personas tenemos más sentimientos que el amor erótico. Hay historias muy buenas y no necesitaron los dramas románticos para ser buenas, debemos aprender a desechar elementos si no aportan nada a nuestras historias.

   Bueno, creo que eso es todo por ahora, queridas letritas. ¿Qué otro aspecto mirarían ustedes para saber si un romance es conveniente o no para sus historias? Sería interesante saberlo.

   Atentamente, una beta de por ahí, ¡chao!
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