La importancia de los defectos en los personajes

   ¡Hola, letritas hermosas!

   Estaba navegando un poco en el vasto mundo del internet y…, no es cierto, me salió una imagen bonita en pinterest y hallé un blog lindísimo con una entrada que daba opciones (muy buenas, por cierto) para añadirle errores y características “imperfectas” para los personajes. Me llamó la atención la lista, no concuerdo con algunas en clasificarlas de “errores”, pero bueno; para gustos, colores. Por eso me surgió la idea de escribir esta entrada para hablar de la importancia de los defectos para un personaje.


   Ya he hablado antes que en una adecuada construcción de personajes los defectos y la dualidad (cosas buenas y malas) son esenciales. ¿Qué hace que un personaje sea amado? Su realismo y su humanidad, que sea único en su historia. El personaje que tiene sus propias reacciones, sus propios pensamientos y una historia coherente es un buen personaje, es decir, un personaje con personalidad. No sé si les pasa, pero en cuanto veo un “señor perfecto” o una “señora perfecta” (nada les sale mal, todo cuanto hagan “está bien” y nada les queda sin justificar) me cae mal ese personaje. Es que no es real, ¿cómo es posible que hagan todo bien o que cada cagada que se jalan debe perdonarse y más bien premiarse? Como lectora me parece estresante y como beta (y estudiante de filología) me hace darme un manotazo en la cara.

   Un personaje puede ser “puro” y “demasiado bueno” aún teniendo errores, ¿acaso no hay gente así en la vida real? Gente que consideramos “rollitos de canela” y que aún así tienen un algo que nos hace decir “bueno, nadie es perfecto”. Ese algo es lo que tienen que tener todos los personajes indistintamente si son buenos, malos u oportunistas. Y hay que diferenciar entre la pureza real y la ficticia, la que se nota que es el autor queriendo que todos amen a dicho personaje. En lo primero el personaje comete errores con esa excesiva bondad y ve a ver cómo se las arregla por eso, asume su error y se repone; en el segundo la narración te dice en la cara “miren qué bueno es, le pasó algo malo porque es demasiado bueno. Es muy puro para este mundo, ¡ámenlo!”.

   Voy a tomar como ejemplo a una pureza “natural” a Jonathan Joestar, de JoJo’s. Este denominado caballero (su actitud es clásica de ese arquetipo) se ganó el odio de un vampiro enloquecido por su excesiva bondad. El querer perdonar y tratar de llevarse bien con Dio lo llevó a vivir muchísimas peripecias. Sin embargo, en ningún momento los demás personajes lo tratan de santo y de “ay, JoJo, qué grandes desgracias por ser tan bueno. Ahora que Dio se ha desatado debes salvarnos, sólo tú puedes hacerlo”. Jonathan, tomando su responsabilidad, se hace cargo de derrotar a Dio y recibe la ayuda que necesita porque no es el tipo más fuerte y reconoce que es un gran reto, un reto que debe cumplirse para salvar a la humanidad.

   El caso contrario es Goku de Dragon Ball, y antes de que se me lancen a la yugular traten de pensar críticamente en el personaje, en especial en las últimas series que han hecho. Goku siempre es “el salvador, el todo lo puede, el más fuerte”. Goku es el baluarte de todos sus amigos y casi de la humanidad, todos lo quieren y dependen de él para todo. Y sí, sé que es fuerte, ¿pero hasta qué punto esa fortaleza es natural o creíble? ¿En serio a nadie le cae mal ni un poquito? Vegeta no cuenta, además le reprochan que tenga sus roces con el hombre de oro.

   Todo cuanto hace Goku, al menos en las últimas temporadas, es para hacerse fuerte, el mismo personaje lo dice, se quiere volver siempre el más fuerte y toma riesgos altos sin medir las consecuencias de las que luego se hace cargo porque “de golpe Goku se volvió más fuerte”. Se sacrifica por sus amigos, sí, pero ¿vale la pena? La misma trama hace que esos sacrificios sean un chiste porque al rato reviven a todo el mundo. Sus buenos actos quedan en la nada y el personaje queda completamente acartonado. Una lástima.

   Ejemplos para retratar la humanidad sobran, además, en el mundo del anime son excesivos los personajes que son demasiado buenos y perfectos. Sin embargo, entraría en el tema de los Mary Sue y los Gary Stu, lo cual trataré en una próxima entrada a profundidad. Continuaré más bien en los defectos que cada personaje podría tener (y todavía incluyo los fanfics, a pesar de que usan personajes ya hechos, los fickers nos tomamos la libertad de hacer ciertas modificaciones o añadidos).

   Los “defectos” no deben ser físicos, jamás ni nunca. Hacerlo sólo caeríamos en estereotipos de belleza y volveríamos la historia completa en un perfecto ejemplo de superficialidad. Nadie tiene la culpa por nacer con una nariz “demasiado grande” o un cuerpo “muy voluminoso”. Esas quejas que las hagan a las empresas de modelaje y ropa. Ni siquiera cosas como la cojera, la falta de una extremidad o un sentido son “errores”, en eso no tenemos dominio, pero sí en actitudes y costumbres. Ahí sí entran los defectos. Un personaje que constantemente critica a los demás y se cree superior a ellos demuestra arrogancia, eso ya lo hace diferente, le da personalidad.

   Los errores varían de persona a persona y por ende, de personaje a personaje. Alguno puede ser pésimo demostrando sus emociones y sentimientos, consiguiendo confundir a sus seres queridos y hasta hiriéndolos por ello. O quizá no les cuesta, sino que son sumamente orgullosos. ¿Qué me dicen de un hechicero o hechicera que no sepa usar la magia? Sería divertido e interesante un personaje mágico que, de hecho, no pueda usar bien su magia y sea torpe en la tarea por más que intente aprender; o, que más bien sea arrogante pensando que lo hace perfecto y en realidad, comete muchas equivocaciones.

   En un aspecto más relajado, el personaje puede que se vista inacorde a la ocasión o no sepa del todo combinar y desconozca las modas y el buen vestir, aunque lo intente; o por el contrario, puede que se obsesione con vestir siempre impecable al punto de rayar lo ridículo. Puede que sepa hacer malos chistes o se le dé terrible entender el sarcasmo y las bromas. ¿Qué hay de los hábitos que van en contra de “los buenos modales”? La vergüenza que llega a causar actos como los eructos, las flatulencias, rascarse la nariz o ser demasiado sincero con respecto al cuerpo saca de ambiente a muchas personas, ¿por qué no a los personajes? De hecho, hasta sería interesante que estos actos se vean con normalidad y lo ridículo sea tratar de ocultarlo.

   Entraría a colación, incluso, los dilemas morales y éticos. Personajes que son hipócritas sin darse cuenta, si son convenencieros u oportunistas. Personajes que tratan de hacer lo correcto o  se esfuerzan por militar determinadas políticas que en su vida privada no consiguen seguir como lo pregonan. Un personaje que se jacte de ser "incluyente" o "tolerante" y que al mismo tiempo tiene defectos demuestra que este está bien formado y no es sólo un objeto de propaganda.

   Yo no considero un error, ni debería considerarse, el usar palabras grandilocuentes o rebuscadas siempre y cuando sea natural para dicho personaje (y ojo que digo personaje, en narración se puede convertir en prosa púrpura). En la vida real hay personas a las que se les da fácil y es parte de ellas usar palabras “propias”, “rimbombantes”, “bonitas”; es natural y saben qué significa cada palabra, sin contar que usan dichas palabras porque está dentro de su vocabulario, no porque quieran impresionar. Pero aplicado, puede generar diversas situaciones dependiendo de cuánto vocabulario posean los personajes con los cuales interactúan estos sabiondos de las letras.


   Otro punto para humanizar a los personajes son los momentos de humillación, momentos de ridiculez. Hasta las mujeres y hombres que se consideran atractivos tienen situaciones bochornosas. No teman que sus personajes sean avergonzados, es humano y eso ayuda a que los lectores nos identifiquemos con los mismos. Son realistas y complejos, tienen carisma.

   Por todo lo anterior es siempre recomendable que hagan fichas para sus personajes. Apunten en un cuadernillo o en un archivo aparte cuáles son las características propias de cada personaje; eso esclarecerá mejor cómo va la construcción del mismo y qué tan coherentes son ciertos detalles. Esas características incluso pueden ser su fuerte en una situación de peligro.

   Por ejemplo, (no digo que esto sea defecto, pero sí una particularidad que hace único al personaje) Daphne de Scooby Doo es experta y se preocupa muchísimo por el maquillaje y la ropa. En situación de riesgo este posiblemente sea el personaje más inútil, no obstante, en la serie y en las películas esta chica puede hasta sacarlos de una jaula usando el poder del maquillaje. Ella usa algo extremadamente simple y fuera de contexto a su favor en todo momento; eso hace que el personaje crezca y sea mejor de lo que aparenta.

   Hasta aquí llego por el momento, me he explayado lo suficiente y si sigo los aburro con más de lo mismo jaja. ¿Qué defectos y peculiaridades les han colocado a sus personajes? ¿Han visto otras que les parecen raras, curiosas o geniales? Me gustaría saberlo en sus comentarios.

   Atentamente, una beta de por ahí, ¡chao!
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