La depresión y las enfermedades mentales en los personajes

   ¡Hola, letritas hermosas!

   ¿Saben?, muchas veces me he encontrado con fics donde un personaje por algún motivo tiene depresión u otra enfermedad mental digna de película de suspenso como la “personalidad múltiple”. Yo misma he hecho fics, e historias originales, donde algún personaje tiene algún trastorno. Pero no puedo evitar notar un montón de errores garrafales en el desarrollo de dichas enfermedades (errores que, reconozco, cometí en su momento hace años), en el comportamiento de tales personajes y en las soluciones a las que se recurre para “curar” al paciente.


   Me resulta casi increíble el nivel de desinformación (tanto a nivel ficticio como en la vida real) y me da hasta coraje que los medios de comunicación y entretenimiento continúen dando ideas equívocas acerca de las enfermedades mentales. Por este motivo la entrada de hoy versará sobre los personajes con trastornos mentales.

   Empezaré quejándome de uno de los errores que más odio: Personajes que no tienen más que traumas y toda su vida gira alrededor de los mismos. Son unidimensionales en su enfermedad. Las personas reales tienen intereses fuera de su enfermedad y si bien es cierto que la depresión y otros problemas logran hacer que se pierda el interés en muchas cosas, ahí están; latentes en el interior del sujeto.

   En muchas historias se comete el error de empapar y casi ahogar a los personajes en situaciones desdichadas para generar drama, empatía o lástima. Giran en un continuo “pobrecito el muchachito”, “pecadito con la chiquilla” y no salen de ahí. Todos sus actos y decisiones están medidas con su trauma o su enfermedad y hay que dejarlos porque “pobrecito, lo ha pasado muy mal”. Es como si un criminal asesinara a alguien y dijera “perdón, tengo problemas de ira por mi trastorno y no me pueden meter a la cárcel por eso”. Carece de lógica y verosimilitud.

   Dénle a sus personajes personalidad, metas, sueños, algún gustillo que aflore cuando no está tan mal o que quieran cumplir aún en sus peores momentos. Que sean complejos y bien construidos. ¿Qué sé yo? Son personas con una enfermedad. Véanlo así: cuando alguien tiene gripe no puede hacer muchas actividades, pero la persona no gira su vida alrededor de la gripe y aún querrá hacer ciertas cosas. Aún habrá una personalidad detrás de ese virus. Los trastornos de la mente son tan válidos y serios que una enfermedad netamente física.

   Paso a otra cosa que me molesta mucho y es la romantización de la enfermedad. Las enfermedades mentales no son “cool”, no vuelven a las personas “especiales y dignas de un trato diferente” y mucho menos hacen que una quiera tomarse fotos con el maquillaje corrido. Porque esas fotos de gente llorando todas bañaditas, bien peinadas, en un paisaje elegante y el rostro únicamente marcado por lágrimas no son reales. No son bonitas tampoco. En la vida real las fotos estarían llenas de ojos hinchados y enrojecidos, ojeras, rostro descuidado, labios resecos, cabello sucio y despeinado, ropa que quizá no se ha lavado en días porque no hay motivación ni para cambiársela y cuerpos débiles y encorvados.

   El sufrimiento no es agradable ni debe compararse con el ajeno; cada quien tiene sus problemas y no hay que infravalorar el de nadie, ni siquiera por edad. No pueden pedirle a una chiquilla de quince años que no hable de “toda mi vida” sólo porque es adolescente y no ha vivido lo que un adulto de cuarenta. Esa es toda su vida, ¿sólo los de tres décadas para arriba tienen derecho a hablar de sus vidas? ¿No pasan desgracias y problemas también los niños? ¿Acaso la juventud le quita validez al sufrimiento?

   Retomo porque me desvié un momento del tema. Un personaje no es más interesante que otro sólo porque es serio o tiene un problema mental. El que un personaje sea interesante se logra con el desarrollo del mismo y lo que tiene para ofrecer a la historia, ni que fuera una competencia de “quién sufre más”.

   Aunado a lo anterior, hablaré del romance. No me canso de decirlo, pero si el romance no tiene cabida en la historia para ser el centro de atención, no debe existir en la misma. El romance no es necesario para crear una buena historia con problemas de salud mental, Hollywood nos ha mentido. En la vida real una crisis de ansiedad o de depresión no se quitan con un beso de amor verdadero. Para tratar a alguien con una enfermedad cualquiera se necesita de un especialista cualificado. La poca investigación en la materia influye en esto, porque, en la vida real me lo dicen mucho, se piensa que la tristeza se quita con un “cambio de perspectiva y de pensar en positivo”. A ver, que si fuera tan fácil nadie tendría depresión o similares.

   Lo mejor para el personaje enfermo, y una persona claro, es buscarse un psicólogo, una psiquiatra, un grupo de apoyo, respeto, comprensión y empatía; además de que la misma desee esa ayuda y tenga la intención de llevar los tratamientos pertinentes.

   Ahora, como me gusta mucho el tema y siento un deber en aclarar ciertos asuntos, me tomé la libertad de investigar y esclarecer algunas enfermedades comunes en los fanfics (y originales). (Aclaro de antemano que lo escribiré de una manera sencilla y admitiendo que no soy psicóloga o psiquiatra, pero estas definiciones base son una buena guía).

   Empezaré con la “depresión”: Esta es una enfermedad clínica, un trastorno que afecta al cerebro y no consiste en únicamente "sentirse triste" por algunos días. Puede darse a cualquier edad, aunque tiende a desarrollarse en la adolescencia y los primeros años de la adultez. Sus causas, inexactas aún, son múltiples e incluye factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos. Los síntomas son más que la tristeza o la sensación de "vacío". Una persona deprimida puede: perder el interés en sus actividades favoritas, sufrir un cambio en su peso (inapetencia y pérdida de peso, o aumento del apetito y subida de peso), padecer insomnio, sentirse cansado aún después de dormir, sentirse irritable, ansioso, culpable o sin esperanzas, sufrir dolores de cabeza o problemas digestivos; e incluso tener pensamientos de muerte.

   La “distimia” es otro nombre que recibe el “trastorno depresivo persistente”. Este es un tipo crónico de depresión donde los estados de ánimo se mantienen bajos regularmente. Los síntomas van y vienen durante años y la intensidad varía en cada periodo, además de que varios de estos puede que no desaparezcan durante más de dos meses por vez. Las causas, nuevamente, no se conocen exactamente e influyen los factores biológicos, genéticos, eventos vividos por el paciente o la química del cerebro (la famosa dopamina entra en escena).

   Continuaré con una que casi todo el mundo dice tener porque no entienden muy bien dicha enfermedad: La “ansiedad”. Ansiedad no es impacientarse al hacer una fila larga ni sentirse nervioso por un examen. Este trastorno, el cual presenta más de un tipo (pánico, obsesivo-compulsivo, estrés postraumático, ansiedad generalizada y fobias), consiste en una ansiedad y preocupación excesivas y continuas difíciles de controlar y que interfieren en las actividades diarias.

   Una persona ansiosa experimenta ansiedad persistente en asuntos que realmente no necesitan tanta preocupación, puede tener dificultades para lidiar con situaciones de incertidumbre y resolver conflictos por pensar demasiado, así como darle cabida casi sólo a los peores resultados. Además, le es difícil olvidar una preocupación y relajarse, al igual que presenta dificultades para concentrarse y dejar de sentir nerviosismo. Estos síntomas arrastran problemas físicos como la fatiga, el insomnio, la tensión muscular, temblores, irritabilidad y otros más.

   Ya tenemos dos trastornos frecuentes y mal caracterizados, ahora voy con dos confusiones que la gente en la vida real piensa que tiene o lo dice al azar para jugar o crear una imagen "cool": El “trastorno antisocial” y la “personalidad asocial” (este último no se considera una patología, sino una característica o rasgo de la personalidad).

   La persona con “trastorno antisocial de la personalidad” siente poca o ninguna empatía hacia los demás y no encuentra ningún problema en desafiar o romper la ley para su propio beneficio. Dicho trastorno usualmente comienza en la infancia y continúa hasta la adultez. A pesar de que pueden ser simpáticas y encantadoras, estas actitudes son más bien una fachada por sus tendencias manipulativas; además, tienden a volverse irritables, agresivas e irresponsables.

   Los factores de riesgo, pues sus causas se desconocen, son trastornos de conducta en la infancia, abuso infantil, negligencia, genética o tener parientes que desarrollaron el trastorno antisocial u otro ligado a la personalidad, así como problemas psicológicos.

   Esto por un lado, y por otro, la persona con personalidad asocial no siente interés por la interacción social o tiene preferencia a mantenerse en solitario. Es sobre todo propia de las personas muy introvertidas, lo cual provoca que las estimulaciones sociales externas pueda resultarles un poco o muy desagradables. Ojo con esto último: La personalidad asocial no es igual a tener fobia social o el trastorno de personalidad por evitación (una manifestación extrema de la fobia o ansiedad social).

   Les dejo una forma de confundir menos “asocial” y “antisocial”. El afijo “anti-” se refiere a estar en contra de algo; mientras que el afijo “a-” hace alusión más bien a que algo es opuesto (y no quiere decir que sea negativo).


      Continuaré con el “trastorno de identidad disociativo” (también llamado “trastorno de personalidad múltiple”), este es definido como: La presencia de dos o más identidades o estados de personalidad (cada una con una percepción e interacción propias así como una concepción del entorno y de sí mismo). Al menos dos de estas identidades controlan de forma recurrente el comportamiento del individuo. Dicho trastorno no es causado por los efectos fisiológicos directos de una sustancia (como el alcohol) ni por una enfermedad médica (como las crisis parciales complejas, un tipo de epilepsia). Además, tampoco debe confundirse con los juegos de amigos imaginarios en los niños.

   Así, el trastorno de identidad no es igual a que con los amigos nos comportemos muy confiados y con los extraños con una fachada de rechazo. Definitivamente, tampoco se trata de un trastorno deseable o “cool”. Este podría relacionarse a la bipolaridad, el cual es un trastorno muy distinto y se relaciona a estados depresivos intercalados con episodios maníacos. Estos últimos consisten en un estado de ánimo anormalmente elevado, efusivo o irritable.

   Por lo tanto, no es gracioso decir "jeje, me enojo rápido y luego me contento. Soy bipolar". Esa frase tiene el mismo nivel de falta de respeto y desconsideración que decir "jeje, he bajado mucho de peso y ando cansado. Tengo cáncer". La bipolaridad (o "enfermedad maníaco-depresiva" / "depresión maníaca") no es hacer berrinches. Estar a tope de energía por la alegría de un viaje no es tener un episodio maníaco y entristecerse por una ruptura amorosa o amistosa no equivale a un episodio depresivo. Una persona con este trastorno no tiene control total de sus emociones, estas afloran en una reacción elevada.

   Hay otro montón de trastornos mentales, pero me enfoqué en los que mencioné por su frecuencia en el mundo del fanfiction. Mi recomendación como beta, y como ser humano, es que se informen hasta la saciedad antes de ponerles enfermedades de cualquier tipo a sus personajes. En internet se encuentran muchísimos libros, artículos y webs médicas (o pueden ir a una universidad a preguntar por libros y asesoría). Sus historias, los personajes y las personas que padecen alguna enfermedad se los agradecerán.

   Eso es todo por ahora, letritas hermosas, comenten qué enfermedades se caracterizan pésimamente o qué recomendarían para evitar confusiones y mal tratamiento de la enfermedad. Nos leemos.

   Atentamente, una beta de por ahí, ¡chao!
   Fuentes de interés:
   Diferentes tipos de crisis epilépticas. Web: Ápice Epilepsia.
   Episodio maniaco, trastorno bipolar, y su repercusión al volante. Web: Fundación MAPFRE.
   Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV). Manual médico con versión digital.
   Sitio web: CogniFit.
   Sitio web: Mayo Clinic.
   Sitio web: MedlinePlus.
   Sitio web: Mental Health America.
   Sitio web: National Institute of Mental Health.
   Sitio web: Psicología y Mente.
   Sitio web: Psicología-Online.
   Trastorno de identidad disociativo. Artículo en línea. Web: Revista Iberoamericana de Psicotraumatología y Disociación.

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