A favor de la fealdad

Reflexiones de una beta reader.

   ¡Hola, letritas hermosas!

   Hoy vengo con una de mis tantas reflexiones: la fealdad en los personajes.

   Voy a empezar con algo que considero un insulto y son los personajes preciosos en apariencia que “tienen mala autoestima” ¿y por qué entre comillas? Porque basan todo en su apariencia y muchos creadores, sin percatarse, caricaturizan la falta de amor propio, la cual abarca más que “mi pelo es opaco”. La fealdad es más que una imagen mal percibida y debe recibir su correcta dignidad.


   Yo entiendo que sí hay personas con alto estándar de belleza que no se quieren a sí mismas; pero un poquito de empatía, por favor, que las inseguridades afectan también su ámbito académico, laboral y personal. Hay rasgos que hacen notar inseguridades o timidez más allá de sólo decir que son feos, por ejemplo:

   *Uso de prendas que cubren mucho cuando no hace falta (suéter en verano, ropa excesivamente floja para ocultar siluetas, mangas largas para evitar mostrar brazos, etc.)
   *Posturas encorvadas con cabeza agachada.
   *Retraimiento al hablar en público (extraños en general, grupos nuevos, muchos conocidos reunidos).
   *Voz baja al tener que hablar con extraños (o exageración de expresividad para ocultar la real timidez).
   *Es una timidez diferente, por supuesto, la persona sí quiere ser social y si tuviera confianza, lo sería; pero sus inseguridades la hacen apartarse incluso contra su voluntad inicial.

   Existen muchas maneras en que se nota la inseguridad y no tiene que ver siempre con que tengan un problema de percepción (y sí, voy a mencionar lo importante que sería un terapeuta para el caso porque cae en el mismo problema de alguien con anorexia, pues su cuerpo está distorsionado en sus mentes).

   A veces creo que ya se ha superado el cliché de las gafas y ortodoncia, pero luego me encuentro de nuevo el patrón de forma sutil o evolucionada. Ahora para “ser” fuerte e independiente las mujeres tienen que verse como “chicas malas”. Ahora las que gustan de taparse, usar faldas largas y vestidos sin escote están disque oprimidas y no son sexis ni empoderadas de sí mismas. Deben rechazar lo femenino, porque resulta que mejor una armadura que un vestido palaciego; mejor andar despeinada que ponerse cremita para el cabello.

  Los hombres hacen chistes donde “demuestran que no tienen masculinidad frágil” y visten de rosa para el mismo efecto. Que los hombres usen tacones como signo de romper estereotipos sólo refuerza el estereotipo de que las mujeres usamos tacones, pero ahí están con el nuevo cliché y resulta que hay bellezas menos empoderantes que otras. Desde mi punto de vista cualquier color viene bien siempre que se use de modo correcto con la ropa correcta, no tengo nada en contra del rosado en los hombres. Las monjas y damas de la corte también son fuertes, gracias. En fin, los fuertes e independientes son harina de otro costal. 

   ¿En qué estaba? Ah, sí, que no por quitarme los lentes seré Miss Costa Rica y no por dejármelos seré un esperpento de mitología.

   Quiero hablar de la falsa gordura. Una cosa es que alguien tenga un poco de panza y que se mantenga en su peso saludable acorde a IMC y otra cosa es que los brazos los tenga gruesos y flojos, con celulitis, llantas en el vientre incluso erguido y en general un peso que no es sano. Ahí entra el amor propio, porque hay factores que impiden adelgazar y al mismo tiempo amarse de verdad evitará que uno descuide su silueta y sus arterias. Nadie que se ame a profundidad se arriesgaría a una trombosis o infarto porque “no a la gordofobia” ¡se trata de salud!

   Eso por un lado, y por otro, no obviaré a las personas que simplemente odian el ejercicio y los vegetales, cada quien con sus gustos y creo (yo, Alex, la beta) que si no llegan al punto de la obesidad mórbida no habría que hacer una intervención para que reaccionen, pues cada quien es consciente de lo que se come y de lo que hace. En todo caso, la gordura desde donde se mire también es belleza por los mismos gustos (y es lo mismo que mirar guapa a una persona en delgadez). Lo que sí es cierto, es que el peso saludable y la confianza real de la persona atrae más estéticamente.

   El detalle es que el ser humano se ve atraído por las proporciones más notables, la simetría y la salud. Instintivamente escoge a lo que se ajuste a un buen candidato de reproducción (así es la biología). Si una sociedad considera que lo mejor de lo mejor son los de colores más pálidos, pues los pálidos serán perceptiblemente más hermosos. Del mismo modo con colores oscuros, estaturas, pesos, condición física, etc.

   Por lo anterior es que muchas veces el exceso de peso se considera menos bonito (y en determinados contextos, pero pocos, se ha considerado lo más bello). Además, es un hecho que los excesos de grasa o falta sustancial de masa corporal acarrean diferentes problemas de salud. Muchos de esos síntomas son visibles: una persona en bajo peso se le puede ver la carita demacrada, una en alto peso puede lucir fatigada o con problemas para caminar. Otras consecuencias como las ojeras y la alopecia son también evidentes.

   No es que porque una persona o personaje por tener sobrepeso o bajopeso sean automáticamente gordos. Estoy hablando de factores que embellecen o afean según contextos y generalidades. Aquí estoy tratando de obviar que para gustos, hay colores; porque sino, no habría ni conflicto social ni entrada para este blog.

   Consideremos otro elemento diferencial en este ámbito: las cicatrices. En hombres las cicatrices son sexis o generan misterio e intimidación; en las mujeres suelen ser causa de vergüenza y fealdad (o resiliencia). Es una cosa curiosa y he llegado a la conclusión de que tiene que ver con la biología: el hombre es cazador y guerrero, la mujer es más gentil y cuidadora en el hogar. No, no infravaloro a la segunda porque el hogar el base de la sociedad y no digo que no haya mujeres guerreras, es algo general del cerebro humano.

   No obstante, no todas las cicatrices son estéticas. Eso lo sabemos porque existen personajes como Greniulle de “El Perfume” (Patrick Süskind). Las cicatrices directamente le deformaron el rostro y la apariencia corporal. Hay cicatrices en personas reales que nos hacen arrugar el rostro porque se ven terribles, dejan ver que fueron heridas espantosas de momentos muy feos. Muchas personas lloran de felicidad cuando consiguen hacerse reconstrucciones faciales después de quemaduras graves de fuego o ácido. No son marcas que nadie quiera, son marcas que cambiaron el rostro original de la persona en cuestión. La persona sigue siendo válida y hermosa a su modo, pero sabemos bien que nos encantaría tener una varita mágica para regresarles la piel y órganos como estaban para ayudarlos a sanar.

   Incluso tales señas o posturas no naturales pueden indicar determinadas vivencias. Por ejemplo, aquí en Costa Rica hay una isla llamada San Lucas con un penitenciario que funcionó mucho tiempo hace años (es turístico en la actualidad porque cerró). Según contó un profesor que fue cuidador carcelario y se enteró de muchas cosas turbias de la historia de las prisiones, allí tenían lugares donde, para evitar ahogarse con las subidas de corriente, los prisioneros se dormían de pie, así que muchos salían con una postura curva y jorobada. Otros eran deformados por torturas. Las personas directamente los evitaban al notar esas marcas. Ignoro si es del todo real o leyenda, fue hace décadas, pero no quita que hay cicatrices que evidencian ciertas cosas (cirugías o accidentes horribles).

   Algo simple como tener el tabique desviado no siempre es genético, sino por el abuso de drogas. Ojeras, delgadez (como bajo peso y no de estar esbelto) y otras características tienen más de una causa. Y es que el humano nota lo que más se diferencia. Si la mayoría de personas camina a dos pies, será más visible quien lo haga con muletas, sillas de ruedas o prótesis. Si la mayoría no tenemos cicatrices de quemadura en el rostro, quien las posea será más evidente. Sobre todo se notará si dicha persona se percibe fea y basa su comportamiento en sus inseguridades físicas (terapia, la terapia ayuda).

   Y que se note no es justificación para molestar a esas personas con miradas indiscretas ni malos tratos, tampoco los hace feos per se. Ojo que lo aclaro, dije que se nota la diferencia y ya.

   ¿Por qué hay tanta demanda de productos para que la piel sane mejor ante heridas? ¿Por qué muchas personas quieren operarse para sacar tejido cicatricial o tatuarse para taparlo? Pues porque no suele gustar a la vista y no tiene nada de malo querer que la tinta cubra un viejo recuerdo o que el bisturí arregle la mayor parte del desastre. Incluso, no necesariamente para las personas alrededor, sino para la persona que lleva esas marcas. Si alguien se siente más hermoso sin cicatrices o con prótesis realistas ¿por qué insistir en contradecirlos en vez de apoyarlos y buscar para que se sientan aún mejor?

   Existen casos más ruidosos, por decirlo de alguna manera general. Cuasimodo de “El jorobado de Notre Dame” precisamente bello no es. Nació de tal manera, hay condiciones que provocan asimetrías considerables en el cuerpo y rostro. Unas peculiaridades más raras que otras, como por ejemplo: han nacido personas sin mandíbula (y pueden tener una vida buena de todas maneras). Cuasimodo está hecho para que sepamos que no es estéticamente guapo, contrario a muchos príncipes y reyes de la vida real con deformidades congénitas o enfermedades degenerativas.

   Y sabemos que hay personajes lindos y feos porque la belleza no es tan subjetiva como aparenta. No habría quienes se enojan de que en un elenco todos los artistas son hermosos, no habría quienes se quejen de que un personaje fue hecho malo y feo a propósito. El lenguaje del arte es sensorial; así que no es de extrañar villanos feos o monstruosos, al mismo tiempo con protagonistas de belleza deseable. ¿Los hombres que van al gimnasio por inspiración tomaron la imagen de Jason Momoa o la del Pingüino (villano de Batman en cómics y películas)? ¿Las mujeres preferirían una belleza similar a la de Charliz Theron o la de Pepper de “American Horror Story”?

   A través de la historia hemos visto varios estereotipos de belleza, ¿qué nos indica eso? Que sí hay patrones y mirada objetiva para determinar que algo es bonito o no. Si fuera completamente subjetivo, no habría estándares de ningún tipo en ninguna nación más que la salud, y a veces ni eso. No existiría manera de saber qué predomina en cuanto a belleza general en el ámbito social. Si todo el mundo es hermoso, entonces nadie lo es porque no habría división de hermoso y feo. No sé ustedes, pero una persona puede verse horrible solamente por su actitud repelente.

   Del mismo modo, la autopercepción influye en la belleza que captan los demás. La actitud positiva, simpática y autoconfianza son elementos que realzan el carisma y embellecen la imagen de una persona. Saberse vestir, cuidar la piel son factores que influyen sobre la apariencia original. Puede que un rostro no sea superior al promedio en cuanto a hermosura, pero la ropa adecuada, personalidad agradable y cuidado corporal compensan lo que sólo podría cambiarse con cirugía. Aquí entra la falsa fealdad que mencioné al principio; hay gente bonita que lleva peinados poco estéticos, mal cuidado facial, accesorios que no encajan y ropa que no va con su cuerpo. Síndrome de Betty la fea, diría yo.

   ¿Y dónde quedó mi favor hacia la fealdad? Ahora sí voy a ello.

   El aspecto en el personaje no siempre será clave en su historia, pero a veces tiene un gran peso para bien o para mal. Por ejemplo, en “Los peor” (Fernando Contreras Castro) ser cíclope es lo que hace diferente a Polifemo e influye en su vida (nació así porque su mamá vivía cerca de una piñera y los pesticidas son fabulosos para desgraciar a las personas). El niño usa gorras para tapar su ojito, vive en la pensión con las demás prostitutas porque salir sería arriesgarlo a las miradas y malos tratos motivados por el temor a su apariencia. Su condición hace más, pero no doy spoiler del final.

  Inej en “Six of Crows” (Leigh Bardugo) tiene una hermosa piel morena que delata su procedencia y eso fue muchas veces algo malo para ella porque era guapa, y a los burdeles les encanta la variedad. Similar situación con mi personaje Elián de “La Novena Familia”, quien prefería trabajos de ajuste de cuentas o motivaciones políticas antes que ser usado como un juguete. Muchos otros personajes sufren esto y es precisamente porque la belleza tiene grados que pueden atraer cumplidos, comida gratis y buenos tratos, pero también horrores motivados por humanos crueles.

   Pero algo hay que aclarar aún mejor: ¿fealdad o descuido personal? Llevar el pelo enmarañado no hace que alguien “sea” feo, sino que “se vea” o “esté” feo; sería algo temporal y no algo como una deformidad tipo Cuasimodo o un orco o el resultado de una quemadura por fuego o ácido, ya eso sería otra cosa. Una nariz ancha tampoco cuenta, los rostros son proporcionales con sus propios rasgos (medidas compartidas entre anchos y largos). Si dicen que la nariz está torcida ya es otro tema, porque pudo nacer así o bien es el resultado de una fractura de nariz ¿accidente o el individuo tuvo un encuentro a puños con alguien? Además, debe ser una asimetría o desproporción elevada para empezar a notar que algo no cuadra.

   Eso último es objetivo dependiendo del grupo demográfico, y obvio de gusto. En una anterior entrada dije que me parecían muy elegantes y fuertes las narices aguileñas y los rasgos que las acompañan; hay gente que le parecen poco agraciadas y dicen que parecen picos de aves. De todas formas, descuido o no, ya es algo para darle personalidad a la persona porque podemos hacernos muchas preguntas para desarrollar en cuanto a personaje o trama:

   *¿Alguien descuida su cabello porque tiene depresión?
   *¿Es más bien una persona perezosa?
   *¿Siempre lo ha llevado así?
   *¿Será que no es que el cabello esté desordenado, sino que su forma de ser es así?
   *¿Le gusta o no a la persona llevar de ese modo su cabello?
   *¿Oculta algo, es espía y está encubierto?
   *¿Tuvo un mal día?

   Yo comparo el cabello con los dientes. Sé que no todos se pueden permitir ortodoncia, pero igual no todos los dientes torcidos son malos porque no todos los dientes torcidos significan algo dañino para la salud bucal de la persona (porque hay niveles de desorden y a veces la mandíbula está intacta). Muchas personas no se arreglan los dientes porque no lo ven prioridad o les da miedo y dolor, hay muchos factores, así que ¿son personas feas? Puede que sí, puede que no, pero sí sé que he leído y visto muchas sonrisas de comercial de dentífrico sin motivo alguno (un ambiente que no lo permitiría como una guerra o ambiente de miseria, por ejemplo).

   En añadidura, el descuido personal es común cuando ocurre algo malo o hay una adicción. Genera como resultado que el cabello pierda brillo, se enrede, la piel se agrieta, los ojos se hunden y el cuerpo es un asco. Las personas parecen más viejas (y una vejez negativa y descuidada, sin gracia ni dignidad). ¿Sus personajes se descuidan o no? Yo tengo un personaje que en crisis depresivas cuida su aspecto todavía, pero aún tiene inapetencia y se vuelve deficiente en su trabajo por falta de concentración. En contraposición, su hermana puede dejar de cuidarse o bien enmascarar las cosas con su pelito bien lavado y trabajando a tope, todo dependiendo de cómo está su ambiente, pues reacciona a la reacción de sus allegados. Los personajes de otros ofrecen otras modalidades.

   Pienso que se debería tomar en cuenta también la perspectiva de quienes rodean al personaje. Así como hay quienes gustan de las personas delgadas, están otros que dicen que son mejor los de contextura gruesa (no obesos, gruesos; pero para gustos colores). Un ambiente donde determinados aspectos propios son elogiados puede elevar la autoestima de una persona; con la misma fortaleza, puede minar dicha autoestima. O simplemente no tener influencia, que el amor propio se basa en aceptar que tenemos la cara de determinada forma y que si descuidamos la alimentación ganaremos o perderemos peso de manera poco sana.

   Hay quienes ven en la piel morena algo muy hermoso, otros se decantan por los pálidos vampiros; ¿el personaje se acompleja por no tener el color de piel estándar, se burlan o lo adulan? Mi mamá sufrió bullying por ser blanca, sí, por eso, y por alta y blanca en una región donde la mayoría eran más bajos y morenos. Sería tuanis un bully feo que se redima y entonces su apariencia deja de ser tan horrorosa, o simplemente que sea malo y ya, sin justificaciones y porque no todos se redimen con un discurso.

   Hablemos de monstruos. A muchos nos gustan tomar acción en la literatura y cine, o incluso crearlos. Para ser un monstruo hay que ser feo. Sea por actos y personalidad, por apariencia o por ambos. La monstruosidad de basa en ello precisamente: “ser que tiene alguna anormalidad impropia del orden natural y es de apariencia temible”. Puede causar tanto temor como repulsión, o comicidad.

   Los monstruos y bestias terribles tienen un “algo” fabuloso. Una bestia impone por su carácter y aspecto, sobre todo por su aspecto. Un dragón puede pasar de ser una criatura majestuosa, elegante y deseable, a ser una bestia horrible, desalmada e indeseable solamente por la estilización de su cuerpo, alas, colores y figura general. No tiene que ser todo animales bonitos gigantes. Una cucaracha gigante alienígena da mejor impacto de peligro que un conejito de las mismas proporciones. Un monito del trópico da menos temor que un gorila con el rostro deformado por gestos agresivos.

   Las criaturas sobrenaturales y de ultratumba portan comúnmente una estética que inquieta, que no invita a caricias ni abrazos, sino a huir o como mínimo mantenerse alejados. Los dientes chuecos y colmillo demasiado salidos en una persona son nada más una característica que debe o no ser corregida con ortodoncia, mientras que en un bicharraco asesino causa preocupación, asco o miedo, ¡y eso es genial!

   Es más realista una prisión con personas marcadas por eventos terribles y cuidados deficientes que una prisión llena de modelos. Por ello los villanos no suelen ser tan atractivos (a menos que se trae de un libro de romance, ahí casi todos son hermosos jaja). Elementos típicos es la falta de cabello, un cuerpo excesivamente delgado o excesivamente grande. Artefactos o voces que intimidan también son factores que producen alerta, porque no son comunes o directamente producen temor o desconfianza.

   No digo que no existan excepciones y me alegra que haya variedad. Muchas villanas de cuentos tradicionales son tan hermosas como malvadas, hay villanos que son preferibles en aspecto que el héroe. La cuestión está en, así como en los protagonistas, de qué manera influye esa apariencia atípica en la villanía. Como ejemplo (aparte de la vanidad y la soberbia típicas) se me ocurre Frank en “Los Nigromantes” (Luna G.) es un antagonista calvo (no villano, antagonista); también bajo, gordo y con carisma, como un viejito bonachón. Era un viejo que tenía modales, excéntrico y con personalidad, con virtudes y defectos. 

   De hecho, aspectos que a veces son considerados como estéticamente poco agraciados, en determinadas personas es considerado bello, imponente, elegante o rudo en buenos términos. Actores como Dwayne Johnson, Jason Statham, Samuel L. Jackson y Bruce Willis proyectan imagen de héroes o antihéroes de apariencia agradable pese a sus cabezas rapadas/calvas. Incluso actrices (o personajes) tienen este efecto como las Dora Milaje del país ficticio Wakanda (Marvel Studios) o Charlize Theron en “Mad Max”.

   Son los matices los que enriquecen una historia, son los detalles que dan redondez a un personaje y son las cualidades agradables y desagradables las que provocan contrastes a nivel sensorial (y hay más, obvio, pero estoy hablando de lo estético). El humano sabe que hay cosas más bonitas que otras, sean humanos, objetos, animales o plantas. ¿O me vendrá alguien a decir que las arañas peludas tienen mayor aceptación que las mariposas?

   Lo estético en el humano se complementa con la personalidad, actitudes y acciones. Grenuille es horrendo por dentro y por fuera dado a que es un asesino; un orco feo que ayuda a los protagonistas de una aventura heroica con simpatía puede ser incluso tierno. Ser un orco o un ogro no tendría que ser malo per se, lo apreciamos en joyas como Shrek.

    Los personajes feos bien pueden ser protagonistas y ser carismáticos o interesantes. Dead Pool (Marvel Studios) es horrible en apariencia y él lo sabe, pero no deja de ser un ser llamativo y confianzudo. Dorian Grey era horrendo por dentro y eso perturbó la hermosura de su retrato mientras más se corrompió su alma, su figura galante y atrayente se tornó espeluznante. Lukas (película homónima con el actor Jean-Claude Van Damme) no es un personaje caracterizado por ser guapo, sino por ser un padre esforzado y un luchador excepcional que hará lo que sea para no ser asesinado y asegurarle un futuro a su hija.

   Los feos no son víctimas ni personas moralmente superiores, son personajes redondos y su fealdad (o simplemente belleza ordinaria, común, poco destacada) es parte de ellos, sea interna o externa. No tiene nada de malo no destacar en cuanto a lo estético naturalmente, existen otras maneras de que una persona y un personaje resalten.

   Lo feo llevado a un nivel mayor provoca temor. ¿O acaso los asesinos y monstruos más famosos son bellos? Al contrario. Suelen estropear la apariencia natural humana, deforman el aspecto animal o potencian los menos bellos a la vista, y son capaces de convertir la inocencia infantil en muñecos malditos y espíritus vengativos con figura de niños. Hay historias donde la degeneración de la apariencia, como en el caso de Dorian Grey, es imperante para que se refuerce un decaimiento de moral o crezca la maldad o podredumbre del personaje.

   Los personajes feos son valiosos, enriquecen y se prestan para mucho juego. Pueden ser alienígenas, asesinos, antihéroes o simplemente héroes que resaltan por su carisma o habilidades.

   Creo que aquí terminan mis cavilaciones. Espero haberlos entretenido y darles algunas nuevas ideas para sus personajes. Los invito a comentar qué piensan al respecto y a sugerir ideas para el blog, los leo con gusto.

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   Atentamente, una beta de por ahí, ¡chao!

   Posdata: Tengo abiertas comisiones de Ilustración y Servicios de corrección literaria. Será un gusto brindar apoyo a sus proyectos.
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   Fuentes de interés:
   El activismo gordo hace daño | Las profundidades de TikTok. YouTube: La entropía de Valen.
   La belleza a través de la Historia y su relación con la estomatología. Hilda Peguero Morejón y Bernardo Núñez Pérez. 2009, Revista Habanera de Ciencias Médicas. Artículo en línea.
   La belleza como manifestación de la verdad y su dimensión existencial y ética. Johanna Potes Paier. 2019, Universidad del Norte. Tesis de Maestría. En línea.
   La belleza está...en tu cerebro. Verónica Guerrero Mothelet. ¿Cómo ves? Artículo en línea.
   Por qué la belleza de las personas y personajes no es subjetiva | Análisis y opinión. YouTube: El templo de Ateneo.

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