Empezar a escribir 2

   //Superar el pavor a la página en blanco

   ¡Hola, letritas hermosas!

   En la vieja entrada de Empezar a escribir, hablé acerca de ciertos pasos previos para empezar a plasmar en letras nuestras historias, la antesala de la escritura: Iniciamos con la lluvia de ideas, pasamos a las investigaciones de los temas a tratar y hacemos esquemas (fichas, mapas conceptuales, conectores de ideas...). Pero estos elementos básicos nos ayudan nada más en contenido y del rumbo de nuestras historias, ¿qué hay de nosotros como autores? Los bloqueos al ver ese cuadro limpio y pulcro no son raros, y surgen hasta en personas que hemos estado en el mundillo de las letras por años. De ahí emerge esta nueva parte del “inicio”.


   Aquí les vengo a decir que para empezar a plasmar una idea, por más borrador que sea, no tiene que tener detrás una larga investigación. Es una idea, simple y sencilla. Primero abrácenla y ya después le darán forma. ¿Acaso un minero ignoraría una pepita de oro porque esté metida en una roca y se encuentre sucia? Por supuesto que no; se apropia primero de la pepita y luego le quita lo que le sobra para llevarla a limpiar y fundir. Es un proceso y lo primordial es aceptar la idea tal y como viene, ya le quitaremos las impurezas después.

   En este punto no interesa qué tan buena crean que sea su idea, qué tan mágica o grotesca. Escribir es un arte, y como cualquier arte, pone en evidencia sentires y pensamientos humanos. Por ende, no teman a su idea, a su deseo de un cuento o un poema. Ha surgido por algo, ya sea para alegrar, para realizar una crítica social o para que ustedes sanen alguna herida de su interior. De todas maneras, hasta los diversos tipos de diarios son hasta cierto punto un tipo de escritura, si no ¿qué son entonces los relatos de nuestro mundo onírico, las historias que vivimos en un día agitado o los pensamientos profundos y ocurrencias plasmadas por medio de la lírica?

   Y dicho todo esto, va mi consejo más sencillo para pensar en la página en blanco como una amiga: hagan de cuentas que se están contando a sí mismos, o a su persona de confianza, aquello que les ha surgido desde el fondo de su mente. Incluso sirve si es para un trabajo de investigación, doy fe de ello. La página en blanco debe ser vista como una página que debe tener “algo”; un boceto de una florecilla, un corazón chueco, un insecto o la cara de un personaje que nos encantó en el último capítulo de su serie. Qué sé yo.

   No importa si las palabras son torpes, si suena raro o saben que tienen faltas de ortografía y redacción, eso déjenlo para después. Empezar cualquier cosa casi siempre resulta ser lo más difícil; súbanse a la bicicleta, anoten la fecha del concurso, lean el folleto de información de la universidad…, escriban la primera idea tal cual vino al mundo. Está en pañales, ya aprenderá a caminar, ya crecerá.

   A veces el miedo aparece al momento de hacer un nuevo capítulo. Todo está listo; la investigación ya está en nuestra cabeza, la escaleta nos dice qué harán los personajes esta ocasión y la taza con café, agua o té nos espera para ayudarnos en nuestra tarea. Sin embargo..., los dedos no se mueven, las teclas no resuenan por la habitación, el lápiz se queda estático. En este caso el consejo es el mismo de arriba: sólo empiecen. Hagan el primer párrafo de forma tonta, con oraciones cortas y rápidas, sin prestarle mucha atención de cuál es el mejor conector textual o si la narración va de acuerdo a lo planeado. La cuestión es no quedarse en blanco por mera falta de inspiración.

   ¿Por qué insisto en empezar y ya? Porque cuando ya esté listo ese cuento, ese poema y ese capítulo, entonces podremos editar. Ya lo dije en 3 malos hábitos de escritura: es necesario separar el acto de escribir con el de editar. Si les está costando mucho pasar de una escena a otra, pongan un asterisco o doble espacio y sigan; cuando se devuelvan para corregir podrán revisar mejor las conexiones entre escenas o si realmente estas no hacen falta, si la escena es muy corta o si se excedieron contando cosas innecesarias.

   Las faltas de ortografía también serán corregidas después, dejen una pequeña marca a las palabras que les ocasionan dudas, el diccionario no saldrá corriendo. Poco a poco, con una revisión tras otra (y un pequeño descanso entre una y la otra) la idea comenzará a tomar forma y los dedos perderán la tensión que no los dejaba trabajar a gusto.

   Después de anotar la primera idea vendrán las revisiones para pensar si la trama tiene sentido, el estudio para saber si un personaje es congruente, la labor de la construcción de mundo, la investigación de temas y las lecturas de artículos como los de este blog para pulir sus textos. Pero lo primero es empezar. Sólo cuéntenle a la página en blanco sobre qué están pensando.

   Y habiendo dicho esto, no me queda más por el momento.
   ¿Tienen dudas a partir de lo anterior o algo más para aportar? Yo con gusto resolveré sus interrogantes y leeré sus contribuciones.

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   Atentamente, una beta de por ahí, ¡chao!

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   Palabras clave: novatos en la escritura, nunca escribí nada ¿está seguro/a de eso?, quitarse el miedo a escribir, lidiar con la página en blanco, miedo a la página en blanco, cómo empezar a escribir

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