¡Hola, letritas hermosas!
Ha pasado un tiempo desde la última vez, así que les traigo una entrada bastante sustanciosa. El tema que nos concierne hoy es cómo escribir una escena de acción. Son muchos los factores para tomar en cuenta cuando creamos momentos intensos y de esos hablaré a continuación.
Ha pasado un tiempo desde la última vez, así que les traigo una entrada bastante sustanciosa. El tema que nos concierne hoy es cómo escribir una escena de acción. Son muchos los factores para tomar en cuenta cuando creamos momentos intensos y de esos hablaré a continuación.
>> Debe haber un propósito tras la acción.
Ya sea una pelea de barrio, un enfrentamiento entre policías y criminales, una lucha formal de corte deportivo o una gran guerra, este tiene que tener un sentido. La acción debe poseer un propósito ya sea para determinados personajes o para toda la historia.
Aparte de vencer al villano o antagonista final, la acción puede traer una revelación o información crucial (el efecto de una droga, el cambio de bando de algún personaje, el estado de salud de alguien que resulta que ya no está tan bien o más bien que esté mejor de lo que se pensaba), o tener un impacto en algún personaje (una resolución del personaje, cambios de parecer, resultados políticos, cambios de poder, la muerte de alguien que fuerza a los demás a buscar otras rutas o propósitos). ¿Qué está en juego con dicha pelea?
Veamos un diminuto ejemplo de esto con algo que sucede en el segundo capítulo de Six of Crows:
“Entonces el bastón de Kaz giró en un repentino arco agudo. Geels gritó cuando los huesos de su muñeca se destrozaron. El arma traqueteó contra el empedrado”. [pág. 33]
La acción tiene el motivo de que Kaz se muestre serio, alguien con quien no se debe jugar (le han apuntado con una pistola y amenazado en medio de un negocio). Vemos algo del carácter del personaje y cómo se comporta con quienes lo hacen enojar. Kaz no pasa reparte golpes sólo para verse genial, sino que actúa así cuando hace falta y tales escenas se usan bajo propósito lógico. La acción está pensada y es inteligente.
>> Escoger el punto de vista adecuado.
A menos de que sea necesario colocar la visión de ambas partes, dicen algunos que lo ideal es que se enfoque desde las acciones del personaje vencedor. No obstante, desde mi percepción, una pelea se puede centrar en el perdedor si es que esto afectará a la trama o de plano es el protagonista quien pierde (no porque sea el eje de la trama tiene que ganar siempre). Eso sí, si son muchos combatientes, lo mejor es dejar a lo mucho dos o tres, de este modo se evitarán confusiones y la acción no se verá dispersa. Otra opción con combates largos llenos de personajes, es enfocarse primero en un personaje, luego en otro y después otro, siguiendo un hilo lógico y con propósito.
Ya que tenemos un punto de apoyo, entonces podremos ver pensamientos y sentires del personaje y sus reacciones respecto a su oponente. Esto va un poco acorde al punto anterior. ¿Qué movimiento ejecutó el personaje? ¿Cómo lo conmocionó el contraataque si fue bastante inesperado o duro? ¿Ataca para matar a su rival, derribarlo para que deje de molestar, dejarlo reducido para un interrogatorio, pretende quitárselo de encima para huir? No es lo mismo que yo patee a las rodillas para inmovilizar a un ladrón y así correr lejos, a que lo patee en rodillas, rostro y luego lo apuñale porque quiero deshacerme de ese sujeto. Poco me va a importar lo que él escoja hacer a continuación, mi situación es defenderme y evitar sus ataques.
Es importante conocer qué sienten antes y después del conflicto, cómo impactan los resultados (no hay que escribir una biblia de ello, pero sí tomarlo en cuenta y evaluar la situación). Qué hacen los que llevan el hilo conductor es lo principal, de segundo el atacante.
Para ejemplificar sobre puntos de vista (hay muchos, claro) he aquí un fragmento de Anna desde el infierno:
“Estoy apoyado sobre una rodilla y al principio creo que se trata de Thomas, hasta que grita: «¡Cuidado!», unos tres segundos tarde. Mis nudillos se deslizan sobre el cemento y me pongo de nuevo en pie. Mis ojos agotados parpadean en la oscuridad mientras deslizo el áthame de nuevo hacia el bolsillo. Lo que quiera que me haya golpeado no estaba muerto, y el cuchillo no puede utilizarse con los vivos. Un objeto redondo vuela en mi dirección; me agacho y repiquetea contra el edificio que hay detrás de mí.
—¿Qué es? —pregunta Thomas, y entonces le empujan hacia atrás, o eso creo. La calle está muy oscura y hay poco espacio. Thomas cae de nuevo dentro de la luz de la farola, rebota sobre un coche aparcado junto al bordillo y se tambalea hasta golpear los ladrillos del muro como si estuviera en una máquina de pinball. Mis ojos se van adaptando y perciben una figura que gira y descarga un pie con fuerza sobre mi pecho. Caigo de culo en el pavimento. Arremete de nuevo y levanto el brazo para defenderme, pero lo único que consigo es un burdo empujón. Resulta desorientador cómo se mueve, con ataques rápidos y lentos. Me hace perder el equilibrio.
Vamos. Es solo el cansancio; no es ninguna droga. Céntrate y recupérate. Cuando ataca de nuevo, me agacho, bloqueo su embestida y descargo un golpe sobre su cabeza que le aleja dando vueltas.
—¡Fuera de aquí! —grito, y esquivo por los pelos un intento de barrido con la pierna. Durante un segundo pienso que retrocederá sin más y echará a correr. Pero se pone en pie y crece treinta centímetros. Unas palabras golpean mis oídos, pronunciadas en un idioma que me parece gaélico, y el aire a mi alrededor se vuelve denso.
Es una maldición. Ignoro su intención, pero la presión que siento en los oídos es diez veces mayor que la del avión.
—Thomas, ¿qué está haciendo? —grito. Ha sido un error. No debería haber dejado escapar el aire. Tengo los pulmones demasiado oprimidos para coger una nueva bocanada. El cántico se apodera de todo. Me arden los ojos. No puedo respirar. Soy incapaz de soltar aire, o de tomarlo. Todo se ha quedado paralizado. La acera presiona mis rodillas. Me he caído.”
>> Nunca usar el mismo movimiento.
Incluso si se trata de poderes o habilidades puntuales, usarlas siempre de la misma manera sería contraproducente. Usaré un manga/anime de ejemplo para explicarme: en Naruto existe una técnica llamada rasengan, la cual sucede cuando un buen cúmulo de energía (chakra) se concentra en la mano. Aunque es muy característico del protagonista, otros personajes pueden ejecutar dicho jutsu y no siempre es de la misma forma, así como tampoco atacan de la misma manera. En ocasiones se oculta su intención para impactar el rasengan o se forma con otras características y variaciones, permitiendo evolución y formas distintas. Pero mejor mostrar que contar, así que les dejo por aquí una compilación de las variantes del rasengan.
En una pelea el personaje no puede pasarse sólo pateando, sólo esquivando hacia atrás o sólo tirando puños; a menos que sea esa la intención y tenga un motivo de fondo. Esto puede ser que alguien está borracho o no sabe lo que hace; por lo que los resultados serán acorde a estas situaciones particulares). Igual si no es un combate; digamos que se trata de una persecución: ¿saltará de techo en techo únicamente, atravesará cada mercado y tienda tirando todo y saltando a lo tonto? Si se trata de un deporte tampoco se puede hacer siempre lo mismo.
Veamos un diminuto ejemplo de esto con algo que sucede en el segundo capítulo de Six of Crows:
“Entonces el bastón de Kaz giró en un repentino arco agudo. Geels gritó cuando los huesos de su muñeca se destrozaron. El arma traqueteó contra el empedrado”. [pág. 33]
La acción tiene el motivo de que Kaz se muestre serio, alguien con quien no se debe jugar (le han apuntado con una pistola y amenazado en medio de un negocio). Vemos algo del carácter del personaje y cómo se comporta con quienes lo hacen enojar. Kaz no pasa reparte golpes sólo para verse genial, sino que actúa así cuando hace falta y tales escenas se usan bajo propósito lógico. La acción está pensada y es inteligente.
>> Escoger el punto de vista adecuado.
A menos de que sea necesario colocar la visión de ambas partes, dicen algunos que lo ideal es que se enfoque desde las acciones del personaje vencedor. No obstante, desde mi percepción, una pelea se puede centrar en el perdedor si es que esto afectará a la trama o de plano es el protagonista quien pierde (no porque sea el eje de la trama tiene que ganar siempre). Eso sí, si son muchos combatientes, lo mejor es dejar a lo mucho dos o tres, de este modo se evitarán confusiones y la acción no se verá dispersa. Otra opción con combates largos llenos de personajes, es enfocarse primero en un personaje, luego en otro y después otro, siguiendo un hilo lógico y con propósito.
Ya que tenemos un punto de apoyo, entonces podremos ver pensamientos y sentires del personaje y sus reacciones respecto a su oponente. Esto va un poco acorde al punto anterior. ¿Qué movimiento ejecutó el personaje? ¿Cómo lo conmocionó el contraataque si fue bastante inesperado o duro? ¿Ataca para matar a su rival, derribarlo para que deje de molestar, dejarlo reducido para un interrogatorio, pretende quitárselo de encima para huir? No es lo mismo que yo patee a las rodillas para inmovilizar a un ladrón y así correr lejos, a que lo patee en rodillas, rostro y luego lo apuñale porque quiero deshacerme de ese sujeto. Poco me va a importar lo que él escoja hacer a continuación, mi situación es defenderme y evitar sus ataques.
Es importante conocer qué sienten antes y después del conflicto, cómo impactan los resultados (no hay que escribir una biblia de ello, pero sí tomarlo en cuenta y evaluar la situación). Qué hacen los que llevan el hilo conductor es lo principal, de segundo el atacante.
Para ejemplificar sobre puntos de vista (hay muchos, claro) he aquí un fragmento de Anna desde el infierno:
“Estoy apoyado sobre una rodilla y al principio creo que se trata de Thomas, hasta que grita: «¡Cuidado!», unos tres segundos tarde. Mis nudillos se deslizan sobre el cemento y me pongo de nuevo en pie. Mis ojos agotados parpadean en la oscuridad mientras deslizo el áthame de nuevo hacia el bolsillo. Lo que quiera que me haya golpeado no estaba muerto, y el cuchillo no puede utilizarse con los vivos. Un objeto redondo vuela en mi dirección; me agacho y repiquetea contra el edificio que hay detrás de mí.
—¿Qué es? —pregunta Thomas, y entonces le empujan hacia atrás, o eso creo. La calle está muy oscura y hay poco espacio. Thomas cae de nuevo dentro de la luz de la farola, rebota sobre un coche aparcado junto al bordillo y se tambalea hasta golpear los ladrillos del muro como si estuviera en una máquina de pinball. Mis ojos se van adaptando y perciben una figura que gira y descarga un pie con fuerza sobre mi pecho. Caigo de culo en el pavimento. Arremete de nuevo y levanto el brazo para defenderme, pero lo único que consigo es un burdo empujón. Resulta desorientador cómo se mueve, con ataques rápidos y lentos. Me hace perder el equilibrio.
Vamos. Es solo el cansancio; no es ninguna droga. Céntrate y recupérate. Cuando ataca de nuevo, me agacho, bloqueo su embestida y descargo un golpe sobre su cabeza que le aleja dando vueltas.
—¡Fuera de aquí! —grito, y esquivo por los pelos un intento de barrido con la pierna. Durante un segundo pienso que retrocederá sin más y echará a correr. Pero se pone en pie y crece treinta centímetros. Unas palabras golpean mis oídos, pronunciadas en un idioma que me parece gaélico, y el aire a mi alrededor se vuelve denso.
Es una maldición. Ignoro su intención, pero la presión que siento en los oídos es diez veces mayor que la del avión.
—Thomas, ¿qué está haciendo? —grito. Ha sido un error. No debería haber dejado escapar el aire. Tengo los pulmones demasiado oprimidos para coger una nueva bocanada. El cántico se apodera de todo. Me arden los ojos. No puedo respirar. Soy incapaz de soltar aire, o de tomarlo. Todo se ha quedado paralizado. La acera presiona mis rodillas. Me he caído.”
>> Nunca usar el mismo movimiento.
Incluso si se trata de poderes o habilidades puntuales, usarlas siempre de la misma manera sería contraproducente. Usaré un manga/anime de ejemplo para explicarme: en Naruto existe una técnica llamada rasengan, la cual sucede cuando un buen cúmulo de energía (chakra) se concentra en la mano. Aunque es muy característico del protagonista, otros personajes pueden ejecutar dicho jutsu y no siempre es de la misma forma, así como tampoco atacan de la misma manera. En ocasiones se oculta su intención para impactar el rasengan o se forma con otras características y variaciones, permitiendo evolución y formas distintas. Pero mejor mostrar que contar, así que les dejo por aquí una compilación de las variantes del rasengan.
En una pelea el personaje no puede pasarse sólo pateando, sólo esquivando hacia atrás o sólo tirando puños; a menos que sea esa la intención y tenga un motivo de fondo. Esto puede ser que alguien está borracho o no sabe lo que hace; por lo que los resultados serán acorde a estas situaciones particulares). Igual si no es un combate; digamos que se trata de una persecución: ¿saltará de techo en techo únicamente, atravesará cada mercado y tienda tirando todo y saltando a lo tonto? Si se trata de un deporte tampoco se puede hacer siempre lo mismo.
Dos motivos para evitar la repetición es que: 1. El lector se aburre y 2. El enemigo empieza a predecir los ataques.
>> Debe haber balance entre golpes que reciben las partes.
No sólo puede ser un héroe repartiendo golpes sin recibir nada, no habría reto ni tensión. Debe haber dificultades y retos eventualmente. Por más bueno que sea el personaje, en algún momento enfrentará algo que lo haga esforzarse de más. Imagínense qué aburrido y predecible que cada pelea, competición deportivo o carrera que enfrente alguien siempre termine con el protagonista como ganador ¿dónde está la emoción y la aventura? (Saitama (One Punch Man) no cuenta, la gracia de su personaje es que él se aburre de no esforzarse con sus oponentes).
Eso sí, también hay que tomar en cuenta el tipo de heridas y golpes, y ser congruentes con las capacidades. Una persona puede seguir combatiendo aún con ciertos golpes y heridas, pero una puñalada al hígado seguro deja fuera de combate hasta un soldado con años de experiencia. Sacar las armas sin cuidado no suele ser bueno casi nunca. Pueden evidenciar una diferencia entre un personaje congruente con sus heridas y otro que mantiene secuelas de golpes anteriores: John Wick cojea dos minutos y se le olvida la siguiente escena; Hutch (Nobody) debe recibir atención médica de su esposa y luego necesita soporte de su padre y viejo amigo en su pelea final.
En añadidura, debe existir verosimilitud en el atacante también. No puede ser un inepto que nunca acierta golpes o disparos ni tampoco tener esbirros que ataquen de uno en uno para ser vencidos. Con esto me refiero a algo llamado “Efecto Stormtrooper”, donde la legión de guerreros supuestamente letales son vencidos con un sólo golpe, son pésimos en puntería y, de paso, no se coordinan entre ellos.
Una sola persona corriendo o escapando puede ser también intenso si el personaje es activo y no sólo reactivo. Busca, se escurre, retrasa, se camufla; mientras sus perseguidores siguen, envían obstáculos, encuentran y son una amenaza. Debe haber, de nuevo, equilibrio entre lo que hace cada quién, si el lector no nunca ve el peligro que supone ser atrapado o los métodos que usan para atrapar, no verá más que una maratón o juego de parkour amistoso. Se mueve con el ambiente, pero este no es su centro, sino sus acciones y cada uno tiene su parte.
Sé que es probable que ya hayan leído este fragmento como ejemplo de acción y heroicidad, pero lo pondré aquí por dos motivos: 1. Me gusta y 2. Hay equilibrio en una lucha donde hasta el guerrero heroico puede sufrir daños. Por parte del tercer libro del Señor de los anillos, un fragmento de El retorno del Rey:
“De pronto, la bestia horripilante batió las alas, levantando un viento hediondo. Subió en el aire, y luego se precipitó sobre Éowyn, atacándola con el pico y las garras abiertas.
Tampoco ahora se inmutó Éowyn: doncella de Rohan, descendiente de reyes, flexible como un junco pero templada como el acero, hermosa pero terrible. Descargó un golpe rápido, hábil y mortal. Y cuando la espada cortó el cuello extendido, la cabeza cayó como una piedra, y la mole del cuerpo se desplomó con las alas abiertas. Éowyn dio un salto atrás. Pero ya la sombra se había desvanecido. Un resplandor la envolvió y los cabellos le brillaron a la luz del sol naciente.
El Jinete Negro emergió de la carroña, alto y amenazante. Con un grito de odio que traspasaba los tímpanos como un veneno, descargó la maza. El escudo se quebró en muchos pedazos, y Éowyn vaciló y cayó de rodillas: tenía el brazo roto. El Nazgûl se abalanzó sobre ella como una nube; los ojos le relampaguearon, y otra vez levantó la maza, dispuesto a matar.
Pero de pronto se tambaleó también él, y con un alarido de dolor cayó de bruces, y la maza, desviada del blanco, fue a morder el polvo del terreno. Merry lo había herido por la espalda. Atravesando el manto negro, subiendo por el plaquín, la espada del hobbit se había clavado en el tendón detrás de la poderosa rodilla.”
>> Frases cortas y vocabulario cuidado.
En la acción se prescinde de las descripciones largas sobre cosas que no vienen al caso. La acción es lo imperante y no hay que perder letras con detalles innecesarios, incluso los estéticos tienen motivo respecto a una imagen de batalla (como la que acabamos de leer sobre el cabello de Éowyn).
Así pues, los verbos deben ser precisos: agarrar, empujar, bloquear, patear, ondear (una vara, un palo), blandir (una espada, un hacha), disparar (una bala, una flecha), saltar, esquivar… Las metáforas deben ir al mínimo o no ir. Las imágenes bonitas de batalla son rápidas también, sin tanto adorno; la misma lucha proporciona la imagen. Incluso los pequeños momentos de intensidad requieren rápidas frases y alta precisión como el ejemplo donde Kaz le dio un bastonazo a un sujeto. Es rápido, contundente y muy claro.
Además de esto, los combates son rápidos. Aunque se trate de una guerra, los que están luchando quieren ganar rápido y no estar horas, días ni meses en batalla. Sigamos el consejo de Sun Tzu:
“Lo que es, pues, esencial en la guerra es la victoria, no las largas campañas prolongadas”. [El arte de la guerra; II, 21].
Tomarse el tiempo de investigación sobre palabras necesarias es importantísimo. Puede ser algo sencillo y rápido, acorde a la adrenalina de los personajes. Me tomaré la libertad de ejemplificar las frases cortas con alguien bailando:
“Cuando llegó el feestyle en el que debía salir a hacer mi acrobacia, salí escopetada, poniendo toda la energía posible en los saltos. Un tempo. Segundo tempo. Tercer tempo. Salté, hice el mortal, y giré cuando debía hacerlo.
Me caí hacia delante e hice una voltereta en el suelo cuando aterricé sobre las puntas.” [Un baile de dos].
>> Correlación entre el personaje y el combate en el que se ve inmiscuido.
La personalidad, los conocimientos y las circunstancias deben ir acorde al personaje. Sería extraño tener un personaje debilucho y miedoso convirtiéndose en Jackie Chan sin motivo razonable alguno. Zenitsu Agatsuma (Kimetsu no Yaiba) es un buen personaje temeroso que tiene potencial de pelea sin perder su esencia o arruinar la lógica de su personalidad.
>> Debe haber balance entre golpes que reciben las partes.
No sólo puede ser un héroe repartiendo golpes sin recibir nada, no habría reto ni tensión. Debe haber dificultades y retos eventualmente. Por más bueno que sea el personaje, en algún momento enfrentará algo que lo haga esforzarse de más. Imagínense qué aburrido y predecible que cada pelea, competición deportivo o carrera que enfrente alguien siempre termine con el protagonista como ganador ¿dónde está la emoción y la aventura? (Saitama (One Punch Man) no cuenta, la gracia de su personaje es que él se aburre de no esforzarse con sus oponentes).
Eso sí, también hay que tomar en cuenta el tipo de heridas y golpes, y ser congruentes con las capacidades. Una persona puede seguir combatiendo aún con ciertos golpes y heridas, pero una puñalada al hígado seguro deja fuera de combate hasta un soldado con años de experiencia. Sacar las armas sin cuidado no suele ser bueno casi nunca. Pueden evidenciar una diferencia entre un personaje congruente con sus heridas y otro que mantiene secuelas de golpes anteriores: John Wick cojea dos minutos y se le olvida la siguiente escena; Hutch (Nobody) debe recibir atención médica de su esposa y luego necesita soporte de su padre y viejo amigo en su pelea final.
En añadidura, debe existir verosimilitud en el atacante también. No puede ser un inepto que nunca acierta golpes o disparos ni tampoco tener esbirros que ataquen de uno en uno para ser vencidos. Con esto me refiero a algo llamado “Efecto Stormtrooper”, donde la legión de guerreros supuestamente letales son vencidos con un sólo golpe, son pésimos en puntería y, de paso, no se coordinan entre ellos.
Una sola persona corriendo o escapando puede ser también intenso si el personaje es activo y no sólo reactivo. Busca, se escurre, retrasa, se camufla; mientras sus perseguidores siguen, envían obstáculos, encuentran y son una amenaza. Debe haber, de nuevo, equilibrio entre lo que hace cada quién, si el lector no nunca ve el peligro que supone ser atrapado o los métodos que usan para atrapar, no verá más que una maratón o juego de parkour amistoso. Se mueve con el ambiente, pero este no es su centro, sino sus acciones y cada uno tiene su parte.
Sé que es probable que ya hayan leído este fragmento como ejemplo de acción y heroicidad, pero lo pondré aquí por dos motivos: 1. Me gusta y 2. Hay equilibrio en una lucha donde hasta el guerrero heroico puede sufrir daños. Por parte del tercer libro del Señor de los anillos, un fragmento de El retorno del Rey:
“De pronto, la bestia horripilante batió las alas, levantando un viento hediondo. Subió en el aire, y luego se precipitó sobre Éowyn, atacándola con el pico y las garras abiertas.
Tampoco ahora se inmutó Éowyn: doncella de Rohan, descendiente de reyes, flexible como un junco pero templada como el acero, hermosa pero terrible. Descargó un golpe rápido, hábil y mortal. Y cuando la espada cortó el cuello extendido, la cabeza cayó como una piedra, y la mole del cuerpo se desplomó con las alas abiertas. Éowyn dio un salto atrás. Pero ya la sombra se había desvanecido. Un resplandor la envolvió y los cabellos le brillaron a la luz del sol naciente.
El Jinete Negro emergió de la carroña, alto y amenazante. Con un grito de odio que traspasaba los tímpanos como un veneno, descargó la maza. El escudo se quebró en muchos pedazos, y Éowyn vaciló y cayó de rodillas: tenía el brazo roto. El Nazgûl se abalanzó sobre ella como una nube; los ojos le relampaguearon, y otra vez levantó la maza, dispuesto a matar.
Pero de pronto se tambaleó también él, y con un alarido de dolor cayó de bruces, y la maza, desviada del blanco, fue a morder el polvo del terreno. Merry lo había herido por la espalda. Atravesando el manto negro, subiendo por el plaquín, la espada del hobbit se había clavado en el tendón detrás de la poderosa rodilla.”
>> Frases cortas y vocabulario cuidado.
En la acción se prescinde de las descripciones largas sobre cosas que no vienen al caso. La acción es lo imperante y no hay que perder letras con detalles innecesarios, incluso los estéticos tienen motivo respecto a una imagen de batalla (como la que acabamos de leer sobre el cabello de Éowyn).
Así pues, los verbos deben ser precisos: agarrar, empujar, bloquear, patear, ondear (una vara, un palo), blandir (una espada, un hacha), disparar (una bala, una flecha), saltar, esquivar… Las metáforas deben ir al mínimo o no ir. Las imágenes bonitas de batalla son rápidas también, sin tanto adorno; la misma lucha proporciona la imagen. Incluso los pequeños momentos de intensidad requieren rápidas frases y alta precisión como el ejemplo donde Kaz le dio un bastonazo a un sujeto. Es rápido, contundente y muy claro.
Además de esto, los combates son rápidos. Aunque se trate de una guerra, los que están luchando quieren ganar rápido y no estar horas, días ni meses en batalla. Sigamos el consejo de Sun Tzu:
“Lo que es, pues, esencial en la guerra es la victoria, no las largas campañas prolongadas”. [El arte de la guerra; II, 21].
Tomarse el tiempo de investigación sobre palabras necesarias es importantísimo. Puede ser algo sencillo y rápido, acorde a la adrenalina de los personajes. Me tomaré la libertad de ejemplificar las frases cortas con alguien bailando:
“Cuando llegó el feestyle en el que debía salir a hacer mi acrobacia, salí escopetada, poniendo toda la energía posible en los saltos. Un tempo. Segundo tempo. Tercer tempo. Salté, hice el mortal, y giré cuando debía hacerlo.
Me caí hacia delante e hice una voltereta en el suelo cuando aterricé sobre las puntas.” [Un baile de dos].
>> Correlación entre el personaje y el combate en el que se ve inmiscuido.
La personalidad, los conocimientos y las circunstancias deben ir acorde al personaje. Sería extraño tener un personaje debilucho y miedoso convirtiéndose en Jackie Chan sin motivo razonable alguno. Zenitsu Agatsuma (Kimetsu no Yaiba) es un buen personaje temeroso que tiene potencial de pelea sin perder su esencia o arruinar la lógica de su personalidad.
Además, normalmente el combate es el último recurso. Por eso tampoco hay que olvidarse de las emociones e incluso de los sentimientos (en caso de que haya alguna relación de amor, desprecio u odio entre los combatientes) recuerden que emoción es distinta al sentimiento; pero siempre en medida. En el caso de las historias de aventura las emociones altas y la adrenalina sería lo imperante, aunque con sus momentos de calma para dar respiro tanto a los personajes como al lector.
Si vemos a un persona pacifista querer darse a puñetazos con alguien que lo está molestando tendremos una incongruencia enorme. El personaje no querrá pelear y si tiene que hacerlo intentará terminar rápido su combate, posiblemente buscando el punto débil que haga que el otro se detenga, pero sin lastimarlo demasiado. O de plano no sabe nada y es un debilucho, lo cual no tiene nada de malo. Equilibrar las habilidades evitan a los personajes rotos o Mary's Sue.
He aquí un momento de acción por parte de Six of Crows donde los sentimientos son parte de la tensión (sí, amo este libro):
“El guardia abrió el cerrojo de los grilletes de Matthias, y tan pronto como las cadenas cayeron en la arena, saltó a la escalera con el vocero, para que lo izara a la seguridad. La multitud gritó y pisoteó. Pero Matthias se quedó en silencio, inmóvil, incluso cuando la puerta se abrió, incluso cuando los lobos salieron del túnel, tres lobos gruñendo y chasqueando las mandíbulas, encimándose unos sobre otros para conseguir llegar a él.
En el último segundo, Matthias se agachó, y derribó al primer lobo sobre la tierra, y luego rodó directo a tomar el cuchillo ensangrentado que el combatiente anterior había dejado en la arena. Se puso en pie, alzando el cuchillo delante de él, pero Nina pudo sentir su renuencia. Tenía la cabeza inclinada hacia un lado, y la mirada de sus ojos azules era suplicante, como si estuviera tratando de llegar a algún acuerdo silencioso con los dos lobos que lo rodeaban.
Si vemos a un persona pacifista querer darse a puñetazos con alguien que lo está molestando tendremos una incongruencia enorme. El personaje no querrá pelear y si tiene que hacerlo intentará terminar rápido su combate, posiblemente buscando el punto débil que haga que el otro se detenga, pero sin lastimarlo demasiado. O de plano no sabe nada y es un debilucho, lo cual no tiene nada de malo. Equilibrar las habilidades evitan a los personajes rotos o Mary's Sue.
He aquí un momento de acción por parte de Six of Crows donde los sentimientos son parte de la tensión (sí, amo este libro):
“El guardia abrió el cerrojo de los grilletes de Matthias, y tan pronto como las cadenas cayeron en la arena, saltó a la escalera con el vocero, para que lo izara a la seguridad. La multitud gritó y pisoteó. Pero Matthias se quedó en silencio, inmóvil, incluso cuando la puerta se abrió, incluso cuando los lobos salieron del túnel, tres lobos gruñendo y chasqueando las mandíbulas, encimándose unos sobre otros para conseguir llegar a él.
En el último segundo, Matthias se agachó, y derribó al primer lobo sobre la tierra, y luego rodó directo a tomar el cuchillo ensangrentado que el combatiente anterior había dejado en la arena. Se puso en pie, alzando el cuchillo delante de él, pero Nina pudo sentir su renuencia. Tenía la cabeza inclinada hacia un lado, y la mirada de sus ojos azules era suplicante, como si estuviera tratando de llegar a algún acuerdo silencioso con los dos lobos que lo rodeaban.
Cualquiera que hubiera sido la súplica, no la oyeron. El lobo a su derecha se lanzó. Matthias se agachó y giró, clavando el cuchillo en el vientre del lobo. El lobo dio un grito miserable, y Matthias pareció estremecerse ante el sonido. Lo que le costó unos segundos preciosos. El tercer lobo estaba sobre él, y lo derribó a la arena. Le hundió los dientes en el hombro. Él se dio la vuelta, llevando al lobo consigo. Las mandíbulas del lobo chasquearon, y Matthias las atrapó. Las separó, con los músculos de los brazos flexionados, el rostro severo. Nina cerró los ojos. Hubo un crujido repugnante”. [págs. 91-92].
>> El ambiente se describe antes, pero no por ello se olvida durante la pelea.
Este punto junto con el siguiente y último son brevísimos. Rescataré que en un combate de cualquier tipo el espacio físico queda muy de fondo. Sus elementos, eso sí, son importantes porque los personajes no disputan en medio de la nada y no siempre estarán libres de obstáculos. Alguien huyendo se topará con barandas, puertas, ventanas de diferentes tamaños, muchas personas, aceras cuidadas y arruinadas, autos, calles, vegetación alta y baja, algún animal, etc.
>> El ambiente se describe antes, pero no por ello se olvida durante la pelea.
Este punto junto con el siguiente y último son brevísimos. Rescataré que en un combate de cualquier tipo el espacio físico queda muy de fondo. Sus elementos, eso sí, son importantes porque los personajes no disputan en medio de la nada y no siempre estarán libres de obstáculos. Alguien huyendo se topará con barandas, puertas, ventanas de diferentes tamaños, muchas personas, aceras cuidadas y arruinadas, autos, calles, vegetación alta y baja, algún animal, etc.
Inclusive, si los personajes poseen poderes donde vuelan ¿acaso no podrían toparse con edificios, cables o las masas de vapor de agua condensada que llamamos nubes? Son cosas a tomar en cuenta y que pueden ser utilizados por los propios participantes de la escena.
Si es una pelea callejera, ¿qué usarán para atacar? Puede que utilicen sus propios puños, pero también que tengan sus propias armas o usen alguna botella que encontraron (aunque esta se ha vuelto un poco cliché). De hecho, el objeto puede verse muy inútil y aún así convertirse en algo letal. John Wick ha usado un lápiz y un libro para matar; si le damos muy fuerte a alguien con un sartén, este seguro se rompe el cuello o el cráneo. Hasta una pelota de beisbol puede matar en caso de que pegue en la sien o la tráquea. Si mal no recuerdo, en una película usaron una zanahoria con propósito letal.
Colocaré aquí un ejemplo sobre el uso del ambiente y los elementos de la ciudad durante un altercado:
“El sujeto gritó de dolor y le hizo un gancho con una pierna a sus pies. Cayeron los dos y continuaron forcejeando. Recibió un golpe al rostro y otro más al costado justo cuando el hombre se reajustó el brazo aprovechando uno de sus ataques. De vez en cuando Elián podía notar a Lucas haciendo un esfuerzo por reducir al otro individuo, el cual tenía sangre en nariz y boca. Las personas se devolvían o rodeaban la escena, el sólo ver los uniformes Familiares los hacía huir.
Lucas volvió a girar las tonfas y se agachó para desviar otro ataque. Le dolían los brazos de ciertos golpes que no pudo eludir del todo bien. El atacante aprovechó un pequeño error en sus movimientos y prensó una de las tonfas. La rompió en su puño y de inmediato giró el codo hacia el rostro. Lucas perdió el equilibrio en cuanto sintió el impacto en su nariz y se tropezó en la cuneta. Un carro que estuvo a punto de chocarlo frenó de lleno y Lucas rodó luego de recibir el golpe en su hombro y costado. El peón sombra se acercó, Lucas lo hizo caer con movimientos entorpecidos por el mareo. El sujeto pronto se arrodilló antes de tomarlo de las muñecas. Su mano libre se posó sobre el cuello de Lucas.
Lucas sintió el estómago encogerse de horror. En milisegundos casi vio una expresión satisfecha en el otro hombre.
—¡El…!
El ruido de una bala atravesando carne y huesos y su consecuente grito acalló a Lucas. El peón se desplomó con una mancha roja en el costado que se expandió velozmente. Lucas giró la cabeza y vio que Elián sostenía de la nuca al otro hombre, con una pierna y los brazos flácidos. En la otra mano tenía un par de balas y su mirada estaba fija sobre el cuerpo tendido. Había un deje de frustración y odio en su expresión seria. Lucas no dijo nada cuando su hermano se acercó arrastrando al peón que se veía envuelto en un gran dolor”. [La Novena Familia, págs. 194-195]
>> Es posible saltarse las escenas.
Yo no me percaté de esta posibilidad hasta que la leí en otro blog (en las fuentes de interés está). Realmente es posible dejar los enfrentamientos para después con el fin de reconstruir hechos a través de perspectivas e impactos emocionales de los personajes, así como crear misterios y dejar grandes revelaciones sobre los resultados, contendientes o motivos. Recuerdos breves, conversaciones, digresiones..., son estructuras que pueden ser utilizadas en este caso.
Este mecanismo funciona sobre todo con las historias donde lo psicológico es más importante. No es la batalla lo que es relevante, sino sus efectos, sus consecuencias. Como antes mencioné sobre la importancia de dicho combate en la trama, aquí se podría explorar un poco más sobre qué revela el personaje y qué se guarda, qué le afecta realmente. Puede ser sobre el misterio que de pronto el personaje esté consternado y poco a poco exploramos sus memorias de una pelea, entonces podremos explorar un poco sobre el personaje y los propósitos de su historia. Viejos traumas, ambientes tóxicos, etc.
>> Ya para terminar, y sólo para ejemplificar un poco más las diferentes maneras de narrar una escena de acción, les dejo por aquí un pequeño fragmento del canto V de la Ilíada:
“Entonces de nuevo al Tidida Diomedes Palas Atenea
infundió furia y audacia, para que destacado entre todos
los argivos se hiciera y se alzara con noble gloria.
Inflamó un infatigable fuego que salía de su casco y su broquel,
semejante a la estrella otoñal, que es la que con más
brillo resplandece, una vez bañada en las aguas del Océano;
tal era el fuego inflamado que brotaba de su cabeza y sus hombros
y lo impulsó al centro, donde eran más los que se atropellaban.
Había entre los troyanos un tal Darete opulento y sin tacha,
que era sacerdote de Hefesto. Dos eran los hijos que tenía:
Fegeo e Ideo, expertos ambos en todo tipo de lucha.
Ambos se destacaron de las filas y se lanzaron a su encuentro,
y éstos desde el carro y aquél pie a tierra iniciaron la marcha.
Cuando ya unos y otro estaban cerca en su avance,
Fegeo fue el primero que arrojó la pica, de luenga sombra.
Por encima del hombro izquierdo del Tidida pasó la punta
de la pica y no le acertó. Después arremetió con el bronce
el Tidida, y de su mano no escapó en vano el proyectil:
le acertó en el pecho entre las tetillas y lo derribó del carro.
Ideo saltó, abandonando la caja, bella en todo el contorno,
y no osó rondar intentando vengar la muerte de su hermano;
pues ni siquiera él mismo habría eludido la negra parca
sin Hefesto, que lo protegió y salvó cubriéndolo con la noche,
para evitar que el anciano quedara en la aflicción absoluta.
Y el hijo del magnánimo Tideo condujo fuera los caballos
y se los dio a sus camaradas para bajarlos a las cóncavas naves.
A los magnánimos troyanos, al ver que de los dos hijos de Darete
uno había escapado y el otro había muerto junto al carro,
a todos se les conmovió el ánimo. Entonces la ojizarca Atenea
cogió de la mano y dijo estas palabras al impetuoso Ares” (...)
-
Esto es todo por el momento. Muchísimas gracias por sus lecturas y apoyo, mis queridas letritas. Ya saben que recibo cualquier consulta o sugerencia. ¿Les gusta escribir escenas de acción? A mí sí, aunque tengo que prepararme viendo ciertas peleas e imágenes de posiciones de ataque y llaves, además de un poco de anatomía porque bueno, me gusta jaja. No olviden compartir y recomendar. También pueden apoyarme económicamente invitándome a un cafecito.
Atentamente, una beta de por ahí, ¡chao!
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Fuentes de interés:Anna desde el infierno. Kendare Blake. Ed. Alfaguara.
Aprende a escribir escenas de acción atractivas. Web: LiterUp; Meritxell Terrón Paz.
Cómo escribir escenas de acción. Web: Sinjania.
Diez consejos para escribir escenas de acción. Web: Caja de Letras; Jordi Noguera.
El arte de la guerra. Sun Tzu. Ed. Plutón (2010).
El Señor de los Anillos III: El retorno del Rey. J. R. R. Tolkien. Ed. Minotauro [1980].
How To Do A Fight Scene. Canal de YouTube: The Closer Look
Ilíada. Homero; Ed. Gredos [1991].
Six of Crows. Leigh Bardugo.
Un baile de dos. Libro de wattpad de: Alopezmun.
8 consejos para escribir una escena de acción correctamente. Web: Antro Narrativo; Piper Valca.
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